Ven a romperle las piernas al itinerario, vamos a crear una nueva fuerza fundamental del universo, con las variables ajustadas a los valores exactos que permitan que la vida aparezca en nuestros cuerpos de rocas estériles, hablemos un lenguaje que no entienda el trafico en la avenida, ni el compás del reloj, ni las fechas en las que debemos entregar nuestras tareas, ni la manera correcta de estacionarse entre la gente, hagamos sentir a cada átomo extranjero en su propio universo, nuestras decisiones no tienen lógica, tienen amor, no hablemos con palabras hechas en serie, hablemos las palabras que hacen los artistas, no metamos al amor en la palabra, metamos a la palabra en el amor, tracemos un camino que esquive todos los destinos, porque en este mundo no tenemos una cama esperándonos al final del día, la cama sin ti, es una piedra, tú espantas al trabajo, cuando no estás viene a arrestarme con el ruido y el silencio, nada pasa si tú no pasas, qué pasa cuando termino de leer un libro, sino el dedo de la soledad sobre mis labios, sin ti, pasa un tren pesado por mi boca, no paran las ruedas del tren, me atropellan las palabras de una conversación que no termina, el mundo habla y yo escucho aunque me quite los oídos, y yo contesto aunque clausure mi boca con tablas irrompibles ,estoy atrapado en un dialogo con el mundo, y nada hay más allá de esta herida que no para de sangrar palabras ¿Qué dice el camino perdido bajo un mar de gente, que ando como si nada hubiera, ni camino, ni gente? ¿Qué dicen las horas que se hacen presentes cuando todo está quieto? ¿Qué me dice el murmullo de los autos, que desgarran al espacio con su grito? Que suena a nada, que suena a los pasos que se come el suelo que es como un sueño, una palabra que a nada se refiere, porque estás perdido en él como en la nada, el ruido no agrede sin ti, cuando no estás, deseo que el ruido me muerda, pero no muerde, tiene un silencio absoluto en su interior, mi destino eres tú, la cama en la que nos acostamos al final del día está es nuestras bocas, y en nuestras bocas está la noche, y el cielo, y el sol, y el universo, y todo lo que quiero está hecho de tu voz.
Parece que te amo con mis labios bofos, y que las princesas se enamoran de bestias que no son bestias, pero yo soy una bestia de vedad, no hay algún príncipe detrás de esta cara grotesca, así de feo soy; siendo tan feo resulta que me corresponde una fortuna que no tengo cómo pagar; te abrí las puertas de mi vida, y tú entraste, aunque fueres una reina que mancha sus vestidos dorados con un apestoso charco turbio, en un barrio sin pavimento, te fuiste a vivir a mis ojos, y aún no sé si yo estoy loco o tú estás loca, si de verdad mi cara de cerdo tiene una belleza escondida o es que tú amas lo que no se puede amar, no lo sé porque nadie más me había amado, y puede ser que todos estén ciegos excepto tú, como puede ser que todos vean excepto tú, es como si las mariposas decidieran migrar al basurero en los suburbios, parece que te amo con una cara que nadie se pondría, pero yo aún así la tengo puesta, sin embargo yo te amo con la verdad de mi sonrisa, con el poema que recito, bello sin importar mi voz horrenda, no te amo con mis labios, te amo con un beso, no te amo con mis ojos, te amo con una mirada, no te amo con mi cara, te amo con mi ser, y tal vez tú me amas porque no confundes la poesía con un texto, tal vez me amas porque lograste verme detrás de mi cara, porque tu mirada es penetrante y atravesó mi carne, porque no hablaste con el pedazo de mierda que se te acerco, sino conmigo, rechacemos a la naturaleza y a sus flores, hagamos una flor con nuestras lenguas, rechacemos al viento de la tierra ,hagamos un viento que sea nuestro, que llegue a nuestros huesos y los haga girar, hagamos un viento que nos azote contra el cielo, con nuestra mirada, amémonos sin globos en forma de corazón, amémonos con palabras en forma de corazón, no nos pongamos anillos en los dedos, pongámonos nuestras tripas en los dedos ,no me beses con tus labios, bésame con los momentos más felices de tu vida, bésame con la música que te gusta, bésame con tus poemas favoritos, bésame con la carne de tus sueños, bésame con tu presencia, bésame con tus ojos, bésame con tu voz, bésame con tus labios ardientes, ardientes como un fuego imposible, con tus labios de colores impredecibles, con tus labios llenos de pájaros y de canto, con tus labios detrás de tus labios, bésame con las estrellas, bésame con la profundidad del mar, bésame en los teoremas que aún no se demuestran, bésame como si crearas un universo con tus labios, enciérrame en un beso, haz que me traguen tus labios como si me comiera la música, como si me estirara el viento, como si muriera aplastado por la verdad, como si tus labios fueren un portal a una dimensión que no tiene nada que ver con el espacio, sino con la sangre invisible de la que están empapadas las letras de un poema de amor.
los ojos con la ultima frase que dices antes de separarnos, finjamos que habitamos la misma vida de antes, no dejemos que se entere la gente de que el tiempo nos consume, pero no nos mata, de que para nosotros todo es una sala de espera, de que nuestras casas solitarias huelen a la eterna tortura de no haber hora para que nos llamen a vivir, cuando parece que estamos esperando algo que no existe, pero sí existe, y ya nos llama la hora a la que prometimos reencontrarnos, finjamos que estamos tristes, pero que vivimos, que si cuando la desolación es la compañía, sufrimos, pero vivimos, estamos mal, pero estamos aquí, finjamos que el trabajo es el único lugar en el que nos podemos olvidar de la muerte, no demos indicios de que tenemos otro lugar al que ir además de nuestro trabajo, hagamos que piensen que todavía obedecemos al horario de entrada y de salida, que le tememos a nuestro jefe, que estamos obligados a aceptar sus malos tratos, que no sepan que tenemos la oportunidad de vivir sin miedo, de abandonar todo, y sin importar qué pase, ser felices, que no sepan que hemos hackeado al sistema, con amor, un secreto que no se puede compartir, que piensen que estamos vivos, cuando estamos muertos, muertos de amor, que piensen, que se engañen, que crean, dejémosles conservar el único contento que les queda, el de pensar que están jodidos, pero que nadie está mejor que ellos, finjamos que estamos con ellos en la misma soledad, cuando estamos juntos aunque estemos separados, porque cuando te vas, te quedas conmigo, te vas, pero no te pierdo, te vas aunque me dejas todo de ti como si no te fueras, así me acompañas en mis noches solitarias, cuando la soledad es sólo una apariencia.
No me cabe en la boca un "te amo", te amo, y aunque te diga que te amo tú no sabrás que te amo, porque te amo significa un poema infinito, escrito con letras que te atrapan es su propio tiempo, son las letras de los hechos, es cuando es lo mismo leer que ha amanecido, que ver al sol recorrer al cielo como un caballo dorado, cuando la realidad es la letra, cuando el amor tiene cuerpo y las letras respiran, si te dijera te amo, y no fuera este "te amo" una mala aproximación de la imaginación, como se aproxima a dios con una palabra, como es decir "todo" decir nada, y con todo en la lengua y con nada en la boca, como decimos "todo" para decir nada y creer que lo dijimos todo, así como decimos “todo” y todo queda sin decirse, no pararía jamás de recitar terremotos, de decir hienas en las venas, de hablar todo hablando el continente perdido en el mundo y encontrado en ti, tu voz es el paisaje de una América virgen y maravillosa, desembarco en tu voz, como un explorador que descubre el código fuente de la realidad, "te amo" no es una oración, "te amo" es el nacimiento de un nuevo universo, te amo es la demostración de que existe una formula que predice el caos, "te amo" es la confirmación de que la vida tiene sentido, ”te amo “es la iglesia que le tengo a un dios que sí existe, "te amo" es una oración que termina, pero no debería terminar jamás, si de verdad pudiera construirse el amor con las palabras, y si de verdad se pudiera "te amo" sería tan sólo el titulo de ese poema infinito, infinito como lo lejos que estoy del mundo y lo cerca que estoy de ti, infinito como el bosque infinito que es el amor, infinito como las infinitas lenguas del amor, pero yo no tengo que decir “amor” yo sólo tengo que decir tu nombre, así de cerca está mi amor de ti.
Si me lanzara desde la cima de un edificio, si le hiciera el favor al mundo, de ahorrarle el esfuerzo de matarme, dejara de obedecer la regla que nadie me ha puesto, si al aumento de mi salario, a la satisfacción de ser padre, a la admiración por el arte con el que hemos tratado de demostrar que no todo es un silencio, le respondiera diciendo que no vale nada, que todo el mundo es en vano, que el mundo es una intención frustrada de escribir sobre una hoja en blanco, si me callara, pero en el fondo me burlara de quienes viven, si fuera mi acto mudo, una exclamación poderosa de una sentencia categórica "vivamos soñando que vivimos, o muramos sabiendo que morimos", si la ultima canción que quisiera escuchar antes de morir, fuera la del aire chocando contra mi cuerpo, mientras cae, si solamente lanzarme de un edificio significara algo para mi, si decidiera cobijarme con la muerte, si me saliera de la primaria en medio de un examen, si la maestra se hiciera pequeña y su grito se extinguiera, y toda la escuela estuviera vacía por un momento, si un día dejara de creerme el cuento de la vida, si entonces me lanzara de la cima de un edificio, sé que algo en este mundo se rompería, y no sería yo, serías tú, y sin embargo aún creo que nada se rompería, creo que tú seguirías caminando, inmutable, precisa sin importar los parásitos que llevas encima, tu tristeza, así como ibas un segundo antes de conocernos, lo creo porque una de las cosas que creía imposibles, era que dos personas se atravesaran entre sí, que entre las dos se dieran cuenta de que no están solas, creo que al verte morí, y antes de morir, imaginé esta vida contigo, para morir feliz, porque estamos aquí juntos a pesar del océano que separa a la gente que se sienta la una al lado de la otra, en el transporte publico.
Yo sé cómo se estremeció el silencio cuando la música lo interrumpió sin pedirle permiso a la razón, yo sé cómo se remonta un partido infinitamente perdido, en el ultimo segundo, yo sé qué temor experimentó el universo el día en el que las rocas comenzaron a caminar, porque yo soy el latido de la prueba de que lo imposible puede hacerse posible, de que los poemas de amor son registros de avistamientos de seres mitológicos de verdad, y es que un dragón está metido en mi cuerpo, y es que el amor siempre sale borroso en las fotografías, parece cuando se cuenta, otra ficción de fantasmas, una experiencia paranormal de diseño, como una falsa esperanza, como los reyes magos para adultos, quizá es tan verdadero que se resiste a entrar en alguien tan falso como yo, he querido verte como una persona, como una cucaracha que se mete debajo de las reglas que impiden que hablemos entre nosotros, pero no he podido dejar de verte igual que a un fuego incontrolable que sin temor le dice ceniza a la gigante costumbre heredada del pecado original de las ciudades, y al que no lo alcanza la justicia de un gobierno en el que es más invisible la gente que dios, eres la dueña del tiempo o lo manejas desde la cárcel en la que nos tiene presos, el tiempo te castiga, pero de alguna manera no lo hace, porque no bajas la cabeza, estas en un lugar donde el mundo ya no importa, estás en el infierno, y sin embargo parece que estás en el cielo, un día me miraste tan viva que no parecía que estuvieras aquí donde estamos todos muertos ,me pregunto dónde estaba, hace un instante no estaba sino adentro de un cementerio de amor ¿En qué momento de mi camino recto hacia mi tumba la linea se desquebrajó? ¿Cuándo di la vuelta a donde dice paraíso? ¿Cuándo el paraíso dejó de ser un cuento para dormir? Estaba lloviendo, y sin embargo tú lucías como si flores de luz crecieran en el aire, tú en la noche estabas como el sol, eres la única persona que he visto que sea inmune a la ciudad, estabas haciendo tu propio momento, me enviaste un mensaje privado delante de toda la gente, tú eres algo que debe no existir, ni debo tener, pero tengo, existe, tendré, existirá y moriré como si no muriera, no eres inmortal, pero serás inmortal el rato que te bastará para cambiar a mi eterna soledad por un eterno suspiro de amor, bajo tierra, o sobre una repisa ,y luego bajo el mar.
He perdido la noción de mí mismo, ya no puedo sentarme en mi nombre como antes, los dibujos que hago de mi mismo tienen algo diferente, un punto que lo cambia todo, me parezco más a lo que creí que nunca sería, de pronto me volví un artista para dibujarme a mí mismo, caí debajo del amor, me convertí en una falla, de pronto libre de razones, libre de poder ser quien quiera aunque no pueda, dejé de vivir y comencé a amar, perdí el talento para encerrar al miedo en un papel, ahora ya no lo puedo atrapar, el dolor se me escapa, camino por los mismos lugares de antes, de la misma manera, igual de insignificante, pero de alguna manera todo es diferente, de repente mis pasos en algún lugar significan los mismo que las matemáticas, de repente sirvo como una ecuación que le da sentido a la vida de alguien que es más real que toda la gente que haya visto a lo largo de mi vida, parece que soy otra lata de atún salida de una cadena de producción, no parezco yo sino una copia más de la gente que está pegada por la calle, como cadáveres que flotan sobre un mar interminable, pero es que nadie más tiene las llaves para abrir la puerta de tu amor, yo ya no camino las calles, camino los recuerdos que tengo de ti, el mundo se suspende como un sueño, cuando llega la hora de amar, de despertar; cuando me alejo de ti el tiempo me lleva a ver el momento en el que te conocí, como un cuento que alguna vez me creí, a verlo como esas letras hechas de huesos, en las que leo acerca de un pasado que ya no me puedo encontrar por la calle, pero a pesar de todo eso yo no he dejado de estar parado donde estaba cuando te conocí, ni he dejado de descubrir una y otra vez algo más importante que la existencia de dios, la existencia de ti, es decir, parece que nunca he vuelto a ese día de lluvia que ya anunciaba con una revuelta en el cielo, que iba a comenzar una nueva era de progreso en mí, pero aunque esté aquí sólo en mi casa, sin algún indicio de que fuiste real, y en lugar de eso lleno de señalamientos de que no estoy en el mundo de sentimientos al que pertenezco, como el zapato en el suelo, o el ruido intenso de la calle, que sigue siendo otra forma de silencio, todo señales de que aquí nadie me aparecerá de entre la calle vacía, todo lo he soñado mientras espero tu regreso.
Mis manos quieren masticar la piedra, quebrarse los dientes al morder la dureza que dice "existo, estoy aquí", quiero destruirme en un tu comprensión del mundo, lanzarme desde mi comodidad que pica, desde lo lejos que estoy de no fingir que la vida tiene buen sabor, de decir la verdad, yo tengo la misma rutina que realizan los muertos, la diferencia es que mi nombre me da miedo, hacia el suelo como si el cielo estuviera en la tierra, cayendo como si volara, cayendo en la extraña manera que tienes de caminar sin perderte en tu propia vida, rompiéndome todo lo que soy, fracturándome la existencia en tu boca, quiero entregarte las escrituras de mi cuerpo, deseo bautizarme en tus ojos, matarme contigo y ser la ceniza de tu voz, quiero que mi único corazón sean tus palabras, un día nací de tus dientes, me construí con tu aliento poético, me guiaste a una felicidad que estaba frente a mí, pero nunca había visto, me diste la facultad de decir la verdad cuando le digo al que me marca a la muerte en la frente, con una pistola "tú no existes, si tú me matas, en algún lugar seguiré vivo", todo lo que existe, y sobre todo, el mundo, no es más que un dibujo en tus ojos, el mundo y yo te obedecemos, tú tienes el cargo de administradora del universo, eres más verdadera que la verdad, tu veredicto acerca de la música, es tan pesado, tan sólido, que se planta en mi mente tan profundamente que no puedo arrancarlo, moverlo, para darle lugar a la verdad, tú eres más real que la realidad, la realidad parece un sueño a tu lado, sólo en ti mis ideas caen al suelo, le realizas cirugías a mi mente, extirpas de mí mi pasado, ya mi historia es sólo la que tú me diste, espero ansiosamente el día en el que no te mueras, el cielo es hermoso como tú, el universo es fascinante como tú, tú sólo me gustas como tú, y todo me gusta en tanto que es como tú.
Dejé que el número cero, ese perverso numero que está hecho para contar a las voces que se pierden para siempre, que suena a un viento congelado en la nada, y representa a un cuerpo sin sangre, derrumbara a mi futuro, que se sostenía tan sólo en una hoja de papel, me arrancaron los ojos, y te digo ahora, no me dolió, ni dejé de ver por eso, no sé si mi futuro se acabó, el porvenir no existe para mí, vivo en un lugar donde lo que importa es el contacto, aquí todo se toca, te toco aunque no estés junto a mí, esta muerte me da vida, esta muerte es un beso tuyo que el tiempo nunca apagará, no me llega el hambre ni el frio de la calle, primero me llegas tú, y si me llega no importará porque al final estás tú, ese cero me recuerda al infinito que nos une, la derrota me sabe a tus labios, el final es como abrazar tu lengua con la mía, ver delante de mí, en un examen reprobado, todo lo que he perdido, es ver al mismo tiempo todo lo mucho que he ganado y conquistado de ti, qué feliz me hace mi desgracia, esa que me mata, que me mata sobre tu regazo como el principio de soñar contigo eternamente, llegó un momento en el que dejé de escuchar todo, hasta el espantoso crujido de mis huesos, como un fantasma del futuro, y sólo te escuché a ti, en ese momento la nada al fin significó nada para mí, el todo, sólo tú, y el grito de quien me llama inútil, los golpes de mi realidad, una película de terror que vemos mientras nos besamos en el cine, como un mensaje de odio que me llega a mi celular por parte de un mundo al que puedo bloquear con tu figura y mi recuerdo, un mensaje que puedo hacer a un lado mientras estamos juntos en la cama, y para siempre.
A ti deberían estudiarte los botánicos, sólo un astrofísico podría llegar a descubrir todos tus gustos, todos tus pájaros ocultos, aquél que lograre describirte, traer a las letras tu filosofía de carne y verdad, se convertiría en la idea que todos tenemos de un poeta creador de realidades que se pueden tener en la boca, que se pueden saborear hasta el ultimo átomo, él sería el poeta, el ser que lame las tripas del mundo.
Te siento como te siento a ti, sangre mía, te siento como siento a mis latidos darme vida, yo estoy contigo en donde amanece el canto de un violín, eres unas matemáticas infinitas, a las que me acerco con una esperanza incansable, inmune a la realidad de su fracaso, me gusta de ti, que estás hecha de teoremas, y que en ellos puedo entender hasta la demostración matemática de mi vida, mi vida como el popote que dejaste un día, después de que bebiste toda su trama, después de que leíste toda mi historia, incluso las partes que todavía no vivo, y de que superaste mi filosofía, yo te amo y lamo como una paleta que sabe a felicidad, una felicidad que pasa su lengua por mi cuello, en todo lo que callo, en una habitación en las profundidades de un motel en mi cabeza.
Me doy cuenta de que mi amor sí puede levantarse de la cama, sus piernas estaban listas para llevarlo a ti, mi amor había sido mal diagnosticado de fractura de futuro, mi amor sí estaba aquí, sólo que no había hablado con él, lo confundí con un personaje de la literatura, estoy cansado de construir prisiones gigantes para encerrar en ellas las ganas que tengo de realizar un golpe de estado contra los profesores que a diario esquivan tu geometría, para hablar de una geometría menos musical, no puedo escuchar la clase, mi deseo es más ruidoso, no puedo ver lo que está escrito en el pizarrón, mi deseo lo raya todo, deseo conocer el ultimo cuento que escribió tu mirada y tu camino, no a las hojas secas que se caen de ti, deseo escucharte a ti, no a los días después de la muerte de tu voz, en esas clases, sé que descubrir que existen los alienígenas no sería tan importante como fue para mí saber que existes, sé que mi futuro ya estaba escrito, que siempre sería un cuento escrito por la gente que estando tan cerca de mí, veía lejos como lo imposible, la que está en un mercado comprando calabazas, como si no hubiera un mercado, sino un paraíso, para imaginarse lo que sería ser otra basura en el suelo, agua sucia que se escurre en la banqueta, ese sufrimiento que les atrae porque no lo han vivido, sé que siempre vería al amor como una maravilla natural, desde la televisión, a la que nunca podría ir, sé que nunca me habrían quedado las sonrisas, y sé que nunca me habrían invitado a la fiesta más grande y vieja del mundo, pero todo lo que estaba escrito tú lo reescribiste un día, le pusiste un alto a los abusos de mi destino, veniste del futuro, afligida por mi funesto final, a evitar desde el pasado que atentara contra mi vida, tú sabías quién era cuando me viste por primera vez, lo sé porque tu mirada penetró en donde más me duele, sabías exactamente en dónde debías destruirme, para que cayera ante ti, tu mirada fue la guerra contra todo lo que era eterno, hasta que le pusiste fin.
Ahora encuentro huellas de una música que creía extinta, en el humo de los automóviles, el gargajo escupido hacia el suelo me suena a una flauta que toca un preludio a ti, mi vida se convirtió en un canto que peregrina andando de rodillas hacia la noche en la que nos levantamos, en el silencio de mi ruido, que romperá tu sólo de guitarra.
En donde parece que ya no existen retornos hacia ti, donde si hablara de ti parecería que todo lo estoy inventando, ahí donde tú iniciarías una revolución, el lugar en el que si te pararas se evaporaría, escucho cómo tecleas un informe donde nadie sabe que tocas música conmigo, y me duele porque sé que no eres una oficinista, simulas que lo eres para que no se dé cuenta la ciudad de que no eres una ciudadana, sino una ermitaña de las montañas que sueñas.
Siempre al salir de mi casa, cuando me meto a nadar al océano hasta donde tal vez ya no haya regreso, cuando camino sobre la tumba del agua, donde la vida es una necesidad no satisfecha, rodeado de desierto, todo es verde para mí, atravieso la muerte, con las manos llenas de vida, cargo en la noche mi propio sol, a todos lados voy con una voluminosa maleta, con la que me hago imposible la vida, en el metro y en la combi, para hacerte posible en el silencio, y tenerte aún cuando no te tengo; a mí nunca me sacude el embotellamiento, no me alcanzo a mojar de gente, en un transporte abarrotado, no me llega una invitación al descanso definitivo mientras camino sin indicios de que se acerque el final, ni la invitación se convierte en una orden, no la debilidad me invade aunque tenga fuerzas, dejo que mi cuerpo ruede por las calles, suelto todo lo que tengo, lo dejo quebrarse, para tener sólo manos para ti, nunca estoy en el lugar donde estoy, el semáforo está en rojo y el transporte está muerto, pero yo estoy donde nada hay, y nada me estorba para hablar contigo, pues se ha inundado mi casa de todas las palabras que has tirado y yo he recogido, porque estás tan acostumbrada a ti, que has perdido la noción de lo preciosos que son los hijos de tu lengua.
Hoy te amo queriendo estar escrito en tus pensamiento con tinta de inmortalidad, como si quisiera apretando, como si rascara la tierra de todos los días de mi vida, mi amor estruja todos los segundos que aún no llegan, buscando un lugar para quererte, mi pasado estaba secuestrando a mi futuro, invadió terrenos que no le pertenecían a él, sino al mundo que dibuja la punta de mi pluma, y a pesar de mi pasado, estoy ahora, estoy contigo.
No existas sin mí, existe siempre como un libro en el que aparto a mi cuerpo y mis pensamientos se hacen carne, existe como el suelo que camino, y el cielo que está encima de mí, como un submarino en la profundidad retorcida, donde la realidad es principalmente un rechazo a una solicitud de respirar un aire lleno de sueños, oxigeno para el que no puede hacerse amigo del ladrillo, de la piedra, del polvo, o de su entorno, para el que no entiende de qué habla la tierra con las plantas, y está fuera de la conversación en la que todas las estrellas y todas las montañas y todos los charcos participan, y no le queda más remedio que hablarle a su propia soledad, al reflejo de su frio, en el rostro de alguien más, que obligarse a encontrar una traza de fuego entre la nieve, no comiences a existir antes de que pueda verte, porque esa función de cine sólo se da una vez, no me abraces con tu esqueleto, lo que me puedas contar serán fósiles, recuerdos, fotografías, momentos congelados, fríos, sin vida, sólo una lista de difuntos, el nombre de un ser querido, en una lapida, sobre su cuerpo inerte, no me entregues reportes, llévame a la guerra, quiero presenciar, y si es el caso morir contigo, cuando como ola rompas contra el mundo; ahora que has estado existiendo sin mi, te perdono, pero al trabajo entre nosotros, a la guillotina que corta nuestro amor no la condeno como ayer, ni la vuelvo a condenar en algún mañana, le infecto a la justicia de odio y de venganza, escribo las leyes con el fuego de mi sangre hirviente, sustituyo a los jueces por mis puños, me pega igual la distancia que sufrimos, mas ya no termina mi herida en sangre doblegada, sino en la frente de un incendio desbocado, me iré, pero quien debe saber, sabrá que morí ahogado en un barco que nunca abandoné, y fue mi ultimo aliento la estatua al calor bravo de una lucha, una luz bañada en muerte, un soldado que se convierte en un ratón perdido entre metralla, con un ideal que no le sirve como arma, cuando el sacrificio no se escucha, y comienzas a enterarte de lo que estaba escrito del otro lado de la arenga, una promesa que no se cumple, cuando las trompetas de escarchada gloria, suenan al sacerdote que te habla como si estuvieras muerto, cuando ves que te has equivocado y has tomado el camino hacia la muerte, cuando necesitas un rifle, y lo único que tienes es la voz airada de un presidente en otro continente, un juramento a la bandera, un beso de la patria que empieza a convertirse en una puñalada, en abandono, en un anzuelo mordido, la risa sardónica que acompaña al ultimo segundo de tu vida, la firma que te pone tu asesino, cual obra maestra de su engaño, que a pesar de todo pelea, ya no por la patria, por su vida.
Sé llamarte por tu nombre, pero también sé llamarte por tu espada de pétalos chapeados, por el dulce corte, la suave bala, el asesinato que cometes mientras me sonríes, la sangre que me entregas como dulce miel, la sangre que brota de la mortal herida en el pecho de una noche en mi casa, en mi desierto, sé llamarte por tu forma, esa que tiene el lago de una soledad que va creciendo con tu ausencia, sé llamarte por el beso que dejas escrito en una servilleta cada vez que nos encerramos en una oscuridad que no da miedo, en nuestras voces, cada vez que nuestros días, los días, son uno sólo, son el día, sé llamarte por cada una de las lunas que has puesto en mi noche sin estrellas, sé llamarte por el mural que has pintado en las paredes mustias que me habitan.
Digo que te recuerdo, pero miento, mi mente no puede recrearte, ni siquiera el mundo puede volverte a hacer, te hizo el mundo, sí, pero en un ataque de genialidad, en una idea que nunca volverá, te hizo en un sueño, un sueño que se ha perdido; perteneces al instante del que se niega a despedirse aunque acabó, en el que atado a un autobús que no se pude detener, vio a una mujer que nunca hubo de volver a ver, y que al entregar el primer capitulo de sus ausencia sin final, murió una vida que iba mostrando signos de ser la única que se debe vivir; al paso de las horas, de tanto recordarte, tu voz desaparece, la recorro hasta llegar al borde donde los buitres comienzan a arrancarle pedazos de carne al suelo, esa agua me da sed, tu voz terminó haciéndose mía, tu voz se marchitó, cayó en mi vida y el diamante se hizo tierra, la usé tanto, la despinté tanto que se hizo del color de mi costumbre, mi cotidiano goteo de sangre, nunca estoy seguro de qué es lo que actúo y qué es lo que no me puedo arrancar, no sé si quien me acompaña soy yo o es otro, a veces parece que en mí viven dos personas, una es la que sonríe y otra es la que derrama rigidez, hojas que no se mueven con el viento alegre, a veces me siento yo, y otras un impostor en mis pensamientos, y en ese juego del muerto y el vivo siempre termina tu voz cuando intento conservarla, siempre se me evapora, huye de mí, hace un agujero en la caja fuerte en la que guardo lo más valioso que tengo, mi memoria te consume hasta que ya no queda nada, te me pierdes en el tiempo, y de repente estoy sentado en las dunas, viviendo una vida sin algún rastro de ti, me confundo, empiezo a creer que soy otra vez quien era cuando pisando el mismo suelo que tú, nunca sentí tus pasos, en ese momento en el que busco sin éxito una vida que intuyo haber vivido, de la que sólo tengo una promesa sin sustento de que existió, un reflejo de la luna sobre el mar, en una noche sin luna, y sin saber cómo era, la extraño, como si no supiera otra cosa, sólo que era mía como cuando esos huesos eran labios, apareces, triunfante, heroica, con tu arma deslumbrante aunque sea a penas un mensaje de texto, y a ese ¿Cómo estás? Yo lo llamo sacar de los pulmones al olvido, reconstruir una civilización avanzada, que cayó por razones de un tiempo y una distancia de no vernos, en esas tardes en las que caminaba por calles que nunca antes había visto, donde los aullidos de lobos hambrientos no se escuchaban, pero sabía que estaban ahí, cuando estaba seguro de que la ciudad me había tragado de repente, y sabía que habiendo caminado tanto tiempo por las calles de esa soledad que sólo existe en mi mente, pero aún así me enferma, terminé por estar de verdad entre los arboles de mis aislados pensamientos, cuando caminaba debajo de la ciudad, y parecía recorrer su verdadera forma, sin saber si aún estaba en este mundo, o si ya mi sensación de muerte se había endurecido y me había llevado al mundo con el que metafóricamente me refería a este, y había hecho literal mi pensamiento de que las calles son el eco que se deshace en el silencio, de quien pidiendo auxilio, sólo dice "hola", cuando estaba en el lugar del que me habían prometido que la vida se daría sentido a sí misma, y en cambio todo eran promesas de gente que nunca fue feliz, mas no quería asustar a quien recién vivía, ahora sé que no me maté, y desobedecí como un espasmo, a todo lo que me parecía racional, porque sin conocerte estaba esperando en esas tardes rotas, heridas, sangrantes como un retrato de mi vida, tu llegada.
Me sacaste de la basura, estoy vivo porque creíste en mis latidos cuando era un esqueleto al que nadie le daba sepultura, me salvaste del lugar en el que ningún peligro me salvaba, donde todo era seguro como sólo puede serlo que no has de volver cuando te vayas de tu cuerpo, con esa felicidad tan indefensa, que existe por su propia ignorancia de no saber que no existe, con esa felicidad dibujada en las sombras, condenada a verse morir en el espejo; creí que estaba equivocado, perdido en mi verdad, ciego sobre mi sonrisa, el que me dijo "inútil ,tú eres feliz en este momento de cartón, y sólo en esta maqueta, en esta infancia, pero cuando todo sea concreto, serás la añoranza del pasado, el frio y el humo de una llama extinta, brazas cuya tenue luz entre ceniza, es el recuerdo, es la cicatriz de una vida arrancada, la anécdota de un loco y un vago", y aunque efectivamente descubrí que mi camino era esa lengua ponzoñosa, nada tengo ahora, pero lo tengo todo, pueden los hechos cortarnos las venas, y nosotros no sangraremos, pueden matarnos, pero nosotros viviremos, explotará una bomba nuclear en el jardín, mas esta flor que somos seguirá, verá explotar al viento, pero ella en un hilo de aire, en calma seguirá.
Tienes mucho de absoluta, tu voz es un salón que parece no tener fin, con sus candelabros y sus pisos de espejos, y en las zonas sin luz te veo claramente, te descubro en la oscuridad, porque estás escondida en tus palabras, te veo al cerrar mis ojos y entregarme al fondo del mar en tu lengua, te pido que hagamos el amor ,sin tocarnos, dejemos que nuestras palabras se descubran entre sí, que se traslapen nuestras voces, que mis palabras penetren las tuyas, déjame meterte la mirada en el baúl que nunca antes le habías abierto a alguien, déjame entrar en la profundidad de tu historia, contagiarme de ti, no me protegeré, pondré los ojos en tus labios incandescentes, los quemaré para dejar de verte y comenzar a tocarte en tus primeros rayos de luz, déjame acabar en el amanecer del que provienes, quítate todo lo que lleves encima de tu verdad, pon tu lengua en donde necesito que me cubras de palabras, dejemos que nuestras palabras hagan el amor, sólo déjalas caer sobre mi cuello, aviéntalas con fuerza hacia mí, has que rompan los cristales de mis labios, ericemos mutuamente a la ceniza que somos, derritamos con palabras de fuego a nuestras noches de hielo, sólo estamos tú y yo, no podemos decir que no estamos solos, y sin embargo ¿Acaso importa cuando todo mi horizonte son tus ojos? Estoy en el ártico, pero admito que no he sentido frio, en las tinieblas cotidianas nunca un campo tapizado de antorchas había iluminado al menos un punto, y de pronto agarro tu voz como una humilde vela, y hallo todo sobre luces cristalinas; pido disculpas a quien me quiere, pero a mis padres, y si tengo amigos, a mis amigos, los mato cuando estoy contigo.
Soy una hoja desfigurada, picada por la turbulencia, una lamina turbada, un lienzo en blanco manchado de tus cúpulas y mosaicos, me has inaugurado la ciencia de vivir en las trincheras, me señalas lo que nunca había visto, me descubres fuegos artificiales en pliegues que creía deshabitados, desentierras flores, de la arena, me haces quedar como un tonto, y lo soy, soy un tonto que ha tenido en sus manos a la vida, y nunca se dio cuenta, yo he sido la vida, y aún así nunca sentí sus manos dentro de mí, estoy empapado, herido por la lluvia, el agua me destruye, la lluvia se me clava, las gotas me hacen grietas en la cara, soy escombro, ruina, victima de tu voz y huracán sigiloso, me gritaste a susurros, hiciste que quisiera cortar mi larga cola, deshacerme de todo lo que es parte de mí como un disparo que me ha dado forma de cicatriz, para intentar resplandecer igual que la sangre en tu pasado, todo lo que has perdido te ha hecho más grande, y a mí me ha hecho lanzarme de un acantilado, caer en el duro suelo de decir “te amo” y no haber muerto, sino haber abierto los ojos de mis venas.
Me doy cuenta de que no usé correctamente mi juventud, le apreté los botones equivocados, la tomé del reverso, y tú sin instrucciones, como todos la hemos recibido, en cada equivocación ibas acertando, tuve las mismas palabras que tú, la misma pluma, y a penas unos trazos sutiles, cortos movimientos, trazaron una brecha brusca entre mis balbuceos y la poesía que has hecho de tu vida, ahora deseo que hubiera despertado siendo niño, con una lista de tareas y una idea de ser al menos un esbozo de ti, no es que no tuviera responsabilidades, ahora sé que tenía una, estar listo para ti, es que era inconsciente, aunque ahora lo soy al modo del adulto que no puede cargar su adultez, pero sé que aún teniendo claro que al crecer me encontraría contigo, nunca me habría acercado a tu figura, pues aunque tu inconsciencia era un engaño, estaba ahí, y tú te guiaste sin un mapa, estaba en tu sueño de ser niña la despierta mirada sobre tu asiento de líder de tu entorno, es que el talento ha estado a tu favor, y tu futuro se revelaba a tu inconsciencia, hasta que como todos dijiste "todo es sueño, y en ese sueño, sólo yo estoy despierta", y no mentiste como todos, lo dijiste derrumbando todas las sospechas, silenciosa, sin algo que te respalde, como un viento en el desierto, pues era la verdad, y en eso todo empezaba y todo terminaba; mi amor es un miedo a ti, que te ha perdido el miedo.
Que de todo lo que aspire a las estrellas, los cimientos sean tu nombre, le has dado vida a una palabra, son signos de la mañana, cuando te nombro, vomito un sol, tu nombre se queda pegado en el aire, como una brisa que nunca muere, al hablar de ti, hermosos pájaros de sombras vuelan bajo las luces puntiagudas, se me acerca el fresco arbusto, el rio se posa sobre mi regazo, soy una luz que abraza un oleaje de recuerdos, floto en cada una de las letras de tu nombre, acaricio tu nombre mientras la lluvia se escurre en mis ojos, y comienza a nevar dentro de mi casa, me habla tu cuerpo y tu voz me da un beso, a través de tu nombre, tu nombre se revuelca en mis pensamientos, tu nombre me embiste, me derriba, mientras camino detrás de las hojas que se caen de un árbol, tu nombre me hace del tamaño del cielo, al nombrarte, desaparezco, y despierto en frente del primer escalón de un palacio hecho de instantes desechables que nunca tiraré, cuando no estás paso todo el día refugiado en tu nombre, tu nombre no me suelta, se aferra a mi mano, soporta todos mis ataques y no me suelta, no me deja caer sobre mí.
De tanta juventud del día, la voz, la chispa, el mundo, y luego el amor, el incendio de la tierra, los palcos de ceniza, el beso entre dos venas paradas en los labios de una noche, de obligaciones muertas y gente muda, detrás del amor, como gotas desterradas, que se quejan en la ventana, de tanta arcilla en la mirada, y los ojos de la luz, comiéndome la vida, cabalgatas de cristales en mis piernas, ríos desbordados en mi pecho, mis ojos como palomas que te siguen, de tanto desayunar sol, deslizarme en la transparencia del agua, pincharme los ojos, mirar con la piel, habitar las galerías, el esqueleto de un mundo que nos comimos, transitar la mejilla de un lago, forjar un escudo con la lengua, lavarnos el día en nuestra saliva, nadar en tu boca, extender tapetes en el vacío, hacer almuerzos en las nubes, te he entregado mi botón de autodestrucción, te regalé mi destrucción y mi creación, escondí bombas en todas las calles de mis próximos destinos, y te entregué el detonador, y sin embargo ahora las estrellas viven entre nosotros, el agua explotó, cielos callejeros invadieron cada esquina de mi cuerpo, la suerte atracó al autobús en el que iba leyendo las páginas en blanco de mi futuro, llovió luz en mis ojos enterrados, atrapado en los escombros de todo lo que debí haber hecho, ya en el seno del olvido, llegas a devolverme al verde resplandor de una hoja motivada, nueva, hecha de admisiones a la universidad, de casas compradas, de soldados que son osos de peluche, helicópteros que atraviesan un oscuro túnel, ángeles de metal en el desastre.
Han hablado por mí mis espíritus de amor, y mis espíritus de amor colonizarán mi lengua, apagarán la luz cuando esté en mis exámenes finales, sabré cartografiar tus esféricas palabras, repletas de ecosistemas de tus voces devorando las paredes; de tupidas alas, como campos multicolor como tus ojos, en los que distingo todos los colores, el principio de la suavidad en la dureza, las tijeras que cortan al silencio, los gises atrevidos que se clavan en un universo vacío, sus arboles cuyas hojas son pájaros, y los pájaros son burbujas, vapores, el mundo hecho gas, cuando hierves las piedras con tus manos, las puertas que se riegan por el aire, como aviones que construyes en tu boca, y abro, y descubro el fondo del mar, la cima del cielo, las utopías que siembras en mis oídos, la profunda conversación con las auroras sonoras que se ven a la orilla de tu voz, pero no sabré cómo hacer que mi mano se mueva, a la torre de acero la derribará el suspiro de la playa, habré estudiado mucho, y un día todos mis conocimientos se irán en su automóvil a realidades ajenas para las que no tengo pasaporte, y aunque nada sepa, aprobaré, porque sabré de amor y nada más, fue un "no me interesas" confundido con un "te amo" antes de conocerte, cada mujer que hice a partir de la niebla sobre mi soledad, cada visión caliente que guardé en mis cajones, cada caricia que le di a un sueño, cada par de ojos de los que me hice prisionero, cada naufragio en unos labios, cada baile sobre el sol, cada poema de amor que escribí para ti, y terminó en otra mujer.
Qué nube derribada fui, cuando a todas las mujeres que amé, desamé al saber que no eran como tú, realidades mojadas, disueltas en el agua, manos que navegan líquidos cefalorraquídeos, leyes físicas endebles, derrotadas por una orden directa del sentimiento, plaga de emociones en mi maraña de sentencias lógicas, un mundo que empieza a degradarse, a infectarse de letras, las paradojas aparecen en las noticias, surgieron de un hombre con un poema herido, cuyos únicos aplausos recibidos fueron los de la lluvia matándose en el suelo, finales afilados, vuelos que caen en un hoyo en el cielo, caballos con patas de arena, soles tristes, luces apagadas, pétalos de una rosa como rímel abatido, futuros que se separan de las manos, tiempos derrumbados, deslaves en la cena que había preparado para ti, meseros que traen rondas de sangre, cuando amar es una dinamita en la boca, cuando llega la factura de tantos sueños derrochados, y la factura es la muerte, y el pago la vida, amores psicópatas, amores que traicionan a su forma, amores plantados en el final del mundo, amores que son acantilado, huésped que se va sin dar las gracias, se va con todo y casa, obesidad adquirida tras un tatuaje entregado como carta, romances que entre más crecen, más aprietan al corazón, encontrar al sótano en la azotea, aleteos que te hunden, alegrías autoinmunes, luz que me ignora, sombras en el aire ¿Será el amor la manera con la que descubriremos nuestro odio? ¿Es al amor un odio atento al reloj, incubándose como un desgarre en las entrañas de una unión? Si es así yo sólo sé que estoy metiendo la moneda en un dispensador de balas, y que el verdugo de una memoria indeleble serás tú, y yo la cabeza que rodará sobre tus besos, el loco que creerá que alguna vez el amor nos visitó; ahí donde estuviste quedará tumbado el perfume respirado, humeantes tanques de guerra quedarán debajo de los ojos que grabaste en mi memoria ¿Veremos a nuestro amor envejecido y luego lo veremos bajo tierra? No lo sé, no pensemos en la muerte, me enfermé el día en el que comencé a amarte ¿Cuándo moriré? ¿Cuándo mi libertad será una cárcel? En el momento que no se apura porque sabe que llegará a tiempo de todas formas, tu amor cansado, tu amor con las piernas rotas de tanto caminar, bailar, cantar la sangre hasta escupir el corazón.

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