Chocolate con churros
De mi madre no me duele nada,
la amé, la amo
la amaré por siempre.
Alicia Vázquez F.
Mamá, aún compro chocolate con
churros esperando a que llegues
y me cuentes a cómo están los tomates
o lo caro que está el pescado.
Madre, mis andares
lloran tu ausencia,
porque sin ti perdí la raíz
que a la tierra me unía.
Madre, tú iluminabas los días
más oscuros en los que la fatiga
cesaba con tan solo
un beso tuyo. Mamá,
tú que fuiste el faro
que iluminaba el hogar,
aún sonrío al recordar cómo
te enfadabas cuando a escondidas
te desabrochaba el delantal.
Solo tu recuerdo alivia el pesar
que pende en mi alma desde tu partida.
Que le canto a tus plantas
y me miran con la pena
clavada en sus hojas
y lágrimas de rocío me regalan
para así compartir tu ausencia.
Tu máquina de coser
patalea inquieta porque nadie
de ella se acuerda. Mamá,
qué difícil es vivir sin ti.
Tú me lo diste todo,
pero nunca me explicaste
cómo iluminar la senda obscura
que sesgó mi corazón tras tu partida.
Descansa, mamá, que los cielos
por ti velan ya, que por siempre
y para siempre estarás en mí, pero
espérame que algún día
junto a ti hilvanaré
los sueños perdidos.
Niña de mi vientre
Para mi amada hija,
Alejandra.
¡Ven conmigo! Mi niña. Ven a mí vera.
Algo bonito voy a contarte.
La primera obra maestra
que dio mi vientre fuiste tú.
Me inundaste de vida y de nuevos sentires.
Fue una bendición besarte;
olerte, apacharte.
Todo el pensamiento me ocupabas...
...me ocupas...
cada segundo de mi vida
no importa nada más,
pelo azabache, blanquita,
igual que las nubes juguetonas
que se arremolinaban
al verte asomar.
¡Vente conmigo!, ¡mi niña!
Los años pasaron ya
y las lágrimas me están...
...volviendo a venir a buscar.
Todo se decolora, mientras te espero
añoro abrazos, besos, incluso añoro
oírte berrear.
Recuerdo casi ayer cómo buscabas
el amparo
que siempre te ofrecieron mis brazos.
Sufrimos mucho... tu lamento,
tu dolor, tu lástima. Suplicamos alivio.
Clamamos refugio. Replicamos
cual cruel terremoto en mi interior.
No hay impotencia mayor.
Sobreviví, por ti, a aquel dolor
de días tristes, amargos y lentos
que la chispa de tu sonrisa
mitigó, palió y menguó.
Aquello pasó, brillas con luz propia,
eres inmensa, eres un océano
lleno de matices y melodías.
¡Mujer fuerte y valerosa!
Orgullo materno; mi niña
algún día, comprenderás
cuando germines fruto,
qué es lo que contarte intento.
Ve a la orillita del mar, allí,
juntas te mostraré,
al atardecer, el cielo que destella
rojos rayos, y nos envuelve.
Sin tiempo. Nosotras, nada más.
No me hagas esperar. Los años,
los días, ya no están de mi lado.
No me robes más, niña de mi vientre...
lo que, ansío de ti.
Todavía.
Autor: Rebeca Aracil Illan
Poco a poco
se van cerrando
tus ojos
cuajados de soles
y mientras
en los míos abiertos
se hace la noche.
-duelo
Bebo
Acuosos los pétalos
De tu eco dejado
En este erial
Autor: Carmen Pons
Estaré ahí
Cuando te cuesten las tareas
más sencillas y mundanas,
estaré ahí, ahondando en los días
de calma lejana.
Serán los días
en que peinaré tu cabello largo,
largo de vida y memoria,
largo de tiempo en invierno.
Gris, como un cielo
cantando que llega la alegría,
gris, como parte de mi alma,
que te llevas contigo.
Entonces tomaré tus manos,
tus manos que me han bendecido.
Te hablaré de otros mundos
que vamos a encontrarnos de nuevo.
Que todo ha valido la pena,
que cuentes conmigo,
pues, como un atardecer
que es para todos y siempre llega,
así es tu amor de madre,
y tú, resplandeciente y eterna,
como la luz, como el infinito.
Por qué existes en mi alma
Amado bebecito que no viste la luz de este mundo,
pero sí, la luz de mi alma.
Nunca sabré la alegría,
y bendición,
que es tenerte a mi lado.
Pero escribiré sobre ti,
porque existes en mi alma.
Habitas el rincón
donde existe lo sagrado.
Y tus pulsaciones
se sincronizan con las del universo;
cual estrella que brilla
es el latir de tu corazón en calma.
Y tu alegría contagia,
y tu amor da la fuerza.
El cielo fui capaz
de juntarlo con la tierra,
para que tú, amor mío,
para que tú florecieras.
Autor: Araceli Gutiérrez Olivares
Singularidad en lo cotidiado, libro donde se encuentran estos poemas de Araceli Gutiérrez, lo pueden encontrar en nuestra tienda

Ilustraciones: Diana Nieto
Comentários