Allí donde el mundo comienza a deshacerse, poesía de Marta Viñes
- Palabra que dormía

- 30 sept
- 4 Min. de lectura
Los poemas aquí reunidos dibujan un tránsito. «Inventario de microgalaxias naranjas», de De Saturno a Neptuno, pertenece a una primera etapa en la que la poesía de Marta Viñes se despliega en un territorio poroso entre ciencia y rito, cuerpo y cosmos. Allí, lo aparentemente banal —gestos cotidianos, objetos mínimos— convive con una mirada cósmica que convierte lo leve en descubrimiento. El amor cuántico late como fuerza motriz, con imágenes cargadas de deseo, ternura y materialidad concreta.
Los inéditos que lo acompañan anuncian un giro. En «Cuando supimos que los fantasmas no tienen tripas», «Esquirla» y «La siesta de la gravedad», el lenguaje se tensa, se hiere y se abre a un territorio más áspero: cuerpos despojados, palabras en ruina, imágenes que arden entre violencia y fragilidad. Ya no basta la celebración amorosa del cosmos; la palabra se vuelve crítica, deconstructiva, y encuentra en la vulnerabilidad su fuerza política.
En conjunto, estos textos muestran cómo la voz de Viñes se desplaza del asombro cuántico a una conciencia contemporánea más áspera, sin perder la esencia lírica que convierte el temblor en resistencia y la ternura en gesto político de futuro. Bajo esa superficie, late una fibra punk: un pulso insumiso que desconfía de los dogmas y devuelve la poesía a su condición de comunidad viva.
Vivir es un asunto urgente, como reconoce la poeta y La poesía es una oportunidad de ayudarnos a salir de los pozos de insolidaridad que habitamos.
Poesía
Cuando supimos que los fantasmas no tienen tripas
Cuando supimos que los fantasmas no tienen tripas,
explotaron las metáforas dentro de las tráqueas
Las órbitas eclosionadas de los planetas
que habíamos inventado
no tuvieron la decencia
de limpiar los restos de banquete
Allá donde comimos,
manteles de agujero de verbo infinitivo,
de lenguajes en desuso salpicados,
exhibían impúdicos la opulencia
del llanto de los cuchillos romos,
de las formas no personales
del supino
en su derrengado vagar anacrónico
En éxtasis bailé con los monemas moribundos
me hice uno con ellos,
ebrio de dolor mientras el alba
seguía rebañando las copas opíparas
de la noche
de los racimos morados
Inventario de microgalaxias naranjas
Cosas pequeñas
que llaman locas,
defectos imperfectos;
me llaman al oído
y se dicen únicas:
las heridas.
Lamo sin preguntar.
¿A quién le importa por qué?
Yo construyo sobre los para qué.
Sonrío;
soy la niña de trenzas
en el patio de geranios,
hace frío en las piernas
y se agita el gris al viento.
Tanto amor de gaviotas
y esa mirada,
tus manos;
tanta ternura de pliegues
contempla mi escote,
mi pecho.
¡Cómo nace el cosmos
en el naranja
de tus rizos!
Cosas pequeñas
que llaman locas.
Inventario:
el pis suena al contacto con el inodoro,
mis pelos se esparcen por los suelos,
roncas,
no veo nada sin gafas,
me gusta chupar los poros, todos.
Cosas que dicen pequeñas
y sabemos el uno del otro.
El deseo es ámbar
y lo toco cuando giramos;
enganchados ya,
enredados de uvas y mandarinas,
las heridas.
De De Saturno a Neptuno
La siesta de la gravedad
Ni mis piernas
descansan ya en tus hombros;
la muerte dijo comprender
lo que dudamos ambos
Los geranios nacieron
a participios lánguidos,
vacuos en su esplendor
se hicieron los brazos
Cierro tus ojos,
mis yemas, blandiendo éter,
siguen en gerundio
Abrazo planetas
en el tronco de ese árbol
laten las venas
Nada pesa sin masa
y la gravedad
se inclina somnolienta,
está echándose la siesta
THE NAP OF GRAVITY
No longer do my legs
rest upon your shoulders;
death claimed to understand
what we both doubted.
The geraniums were born
into languid participles,
vain in their splendor
they became arms.
I close your eyes,
my fingertips, wielding ether,
continue in gerund.
I embrace planets,
in the trunk of that tree
the veins pulse.
Nothing weighs without mass,
and gravity
leans drowsily,
it is lying down to nap.
Tyngdekrafta sin blund
Beina mine kviler ikkje
lenger på skuldrene dine;
døden påstod å forstå
det vi begge tvilte på.
Geraniumane vart fødde
inn i sløve partisipp,
fåfengde i sin glans
vart dei armar.
Eg lukkar auga dine,
fingertuppane mine, som svevar i eter,
held fram i gerundium.
Eg famnar planetar,
i stamma på det treet
pulserer årene.
Ingenting veg utan masse,
og tyngdekrafta
sig søvndrukken,
ho legg seg ned for å blunda.

Semblanza
Marta Viñes Jimeno (Madrid), poeta de hecho poético, filóloga, docente e investigadora, explora en su arte los umbrales entre ciencia y rito, cuerpo y cosmos. Su voz habita el pliegue de lo íntimo y lo universal, con imágenes que transitan de la materia más densa al intervalo luminoso.
Autora de los libros Viento sin tiempo (Cuadranta, 2022) y De Saturno a Neptuno (Cuadranta, 2023), que conforman una primera etapa de reconocimiento de la mirada y de protagonismo del amor cuántico como motor del todo, su obra ha aparecido en revistas literarias de Iberoamérica.
Ha coordinado diversos proyectos poéticos orientados siempre a la creación de comunidad en torno a la poesía, con el empeño de sacarla del elitismo y abrirla a espacios de encuentro y resistencia. Desde 2024 dirige Poemas a la Deriva, un proyecto internacional que conecta voces poéticas de distintos países. Comparte parte de su obra y sus actividades poéticas en la cuenta de Instagram @lunaquehiere, donde su voz teje comunidad poética a la intemperie.
Su escritura actual se adentra en un ciclo de austeridad y precisión, donde cuerpo y lenguaje se alzan como territorios de resistencia y cuidado. En sus versos laten las resonancias de Novalis, Hölderlin o Rilke, pero atraviesa esa herencia con una fibra punk, crítica e insumisa, ligada en parte a su investigación sobre poesía y democracia.
Chus Pato ha descrito su voz como sobria y exacta: una poética que convierte el temblor en resistencia y la ternura en gesto político.





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