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Allí donde el mundo comienza a deshacerse, poesía de Marta Viñes


Los poemas aquí reunidos dibujan un tránsito. «Inventario de microgalaxias naranjas», de De Saturno a Neptuno, pertenece a una primera etapa en la que la poesía de Marta Viñes se despliega en un territorio poroso entre ciencia y rito, cuerpo y cosmos. Allí, lo aparentemente banal —gestos cotidianos, objetos mínimos— convive con una mirada cósmica que convierte lo leve en descubrimiento. El amor cuántico late como fuerza motriz, con imágenes cargadas de deseo, ternura y materialidad concreta.


     Los inéditos que lo acompañan anuncian un giro. En «Cuando supimos que los fantasmas no tienen tripas», «Esquirla» y «La siesta de la gravedad», el lenguaje se tensa, se hiere y se abre a un territorio más áspero: cuerpos despojados, palabras en ruina, imágenes que arden entre violencia y fragilidad. Ya no basta la celebración amorosa del cosmos; la palabra se vuelve crítica, deconstructiva, y encuentra en la vulnerabilidad su fuerza política.


     En conjunto, estos textos muestran cómo la voz de Viñes se desplaza del asombro cuántico a una conciencia contemporánea más áspera, sin perder la esencia lírica que convierte el temblor en resistencia y la ternura en gesto político de futuro. Bajo esa superficie, late una fibra punk: un pulso insumiso que desconfía de los dogmas y devuelve la poesía a su condición de comunidad viva.


Vivir es un asunto urgente, como reconoce la poeta y La poesía es una oportunidad de ayudarnos a salir de los pozos de insolidaridad que habitamos.



Poesía



Cuando supimos que los fantasmas no tienen tripas


Cuando supimos que los fantasmas no tienen tripas,

explotaron las metáforas dentro de las tráqueas


Las órbitas eclosionadas de los planetas

que habíamos inventado

no tuvieron la decencia

de limpiar los restos de banquete


Allá donde comimos, 

manteles de agujero de verbo infinitivo,

de lenguajes en desuso salpicados,

exhibían impúdicos la opulencia

                del llanto de los cuchillos romos,

                de las formas no personales

                del supino

                                       en su derrengado vagar anacrónico


En éxtasis bailé con los monemas moribundos

me hice uno con ellos,

ebrio de dolor mientras el alba

seguía rebañando las copas opíparas

de la noche   


                              de los racimos morados



Inventario de microgalaxias naranjas



Cosas pequeñas

que llaman locas,

defectos imperfectos;

                                      me llaman al oído

                                       y se dicen únicas:

                                                                           las heridas.

Lamo sin preguntar.

¿A quién le importa por qué?

Yo construyo sobre los para qué.


Sonrío;

soy la niña de trenzas

en el patio de geranios,

hace frío en las piernas

y se agita el gris al viento.


Tanto amor de gaviotas

y esa mirada,

                                    tus manos;

tanta ternura de pliegues

contempla mi escote,

                                     mi pecho.


¡Cómo nace el cosmos

en el naranja

                                   de tus rizos!





Cosas pequeñas

que llaman locas.


Inventario:

                          el pis suena al contacto con el inodoro,

                          mis pelos se esparcen por los suelos,

                          roncas,

                          no veo nada sin gafas,

                          me gusta chupar los poros, todos.


Cosas que dicen pequeñas

y sabemos el uno del otro.


El deseo es ámbar

y lo toco cuando giramos;

enganchados ya,

enredados de uvas y mandarinas,

                                                                         las heridas.


De De Saturno a Neptuno





La siesta de la gravedad



Ni mis piernas

                               descansan ya en tus hombros;

                la muerte dijo comprender

                                              lo que dudamos ambos

 

Los geranios nacieron

                              a participios lánguidos,

              vacuos en su esplendor

                          se hicieron los brazos

 

Cierro tus ojos,

mis yemas, blandiendo éter,

siguen en gerundio

 

Abrazo planetas

en el tronco de ese árbol

laten las venas

 

                            Nada pesa sin masa

             y la gravedad 

             se inclina somnolienta,

está echándose la siesta




THE NAP OF GRAVITY


No longer do my legs

                                           rest upon your shoulders;

                       death claimed to understand

                                                 what we both doubted.


The geraniums were born

                                             into languid participles,

          vain in their splendor

                    they became arms.


I close your eyes,

my fingertips, wielding ether,

continue in gerund.


I embrace planets,

in the trunk of that tree

the veins pulse.


                        Nothing weighs without mass,

         and gravity

         leans drowsily,

it is lying down to nap.




Tyngdekrafta sin blund


Beina mine kviler ikkje

                                                lenger på skuldrene dine;

                     døden påstod å forstå

                                                         det vi begge tvilte på.


Geraniumane vart fødde

                                        inn i sløve partisipp,

          fåfengde i sin glans

                   vart dei armar.


Eg lukkar auga dine,

fingertuppane mine, som svevar i eter,

held fram i gerundium.


Eg famnar planetar,

i stamma på det treet

pulserer årene.


                              Ingenting veg utan masse,

           og tyngdekrafta

           sig søvndrukken,

ho legg seg ned for å blunda.



Fotografía: Irene Rus
Fotografía: Irene Rus

Semblanza


Marta Viñes Jimeno (Madrid), poeta de hecho poético, filóloga, docente e investigadora, explora en su arte los umbrales entre ciencia y rito, cuerpo y cosmos. Su voz habita el pliegue de lo íntimo y lo universal, con imágenes que transitan de la materia más densa al intervalo luminoso.


     Autora de los libros  Viento sin tiempo (Cuadranta, 2022) y De Saturno a Neptuno (Cuadranta, 2023), que conforman una primera etapa de reconocimiento de la mirada y de protagonismo del amor cuántico como motor del todo, su obra ha aparecido en revistas literarias de Iberoamérica.


     Ha coordinado diversos proyectos poéticos orientados siempre a la creación de comunidad en torno a la poesía, con el empeño de sacarla del elitismo y abrirla a espacios de encuentro y resistencia. Desde 2024 dirige Poemas a la Deriva, un proyecto internacional que conecta voces poéticas de distintos países. Comparte parte de su obra y sus actividades poéticas en la cuenta de Instagram @lunaquehiere, donde su voz teje comunidad poética a la intemperie.


        Su escritura actual se adentra en un ciclo de austeridad y precisión, donde cuerpo y lenguaje se alzan como territorios de resistencia y cuidado. En sus versos laten las resonancias de Novalis, Hölderlin o Rilke, pero atraviesa esa herencia con una fibra punk, crítica e insumisa, ligada en parte a su investigación sobre poesía y democracia. 


     Chus Pato ha descrito su voz como sobria y exacta: una poética que convierte el temblor en resistencia y la ternura en gesto político.

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