top of page

Arturo Hernández González, poesía del asombro

Allí donde el poema se conforma como la traducción de lo invisible o como esa tentativa humana de decir lo absoluto con las herramientas precarias de la palabra, aparece sin duda la poesía de Arturo Hernández González. En sus textos, se percibe una búsqueda constante de la honestidad verbal, lo que provoca una cierta tensión entre la lucidez filológica y la conmoción espiritual. Su formación en pedagogía y su inclinación por la semántica y la estética se funden en una voz que entiende el verso como artificio y forma de conocimiento. De ahí que su escritura ―de imaginería contenida y precisión conceptual― asuma la tarea de «angustiar la lengua», de llevarla hasta sus límites para revelar lo que en ella permanece oculto.


     Sus poemas han sido traducidos a diversas lenguas y confirman una madurez expresiva que no teme ni a la transparencia ni a la sombra. Es la razón por la que sus versos se leen como el refugio original de lo humano, esa gruta oscura y terrible ―desde fuera― que lo salvó de la boca del mundo cuando entró por primera vez.


Ismael López Gálvez



Poesía



«Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. 

Pero creo que mi soledad debería tener alas»

Alejandra Pizarnik



La luz inexpugnable que habita mis infiernos

late mansamente como un sigilo entre las cosas.


Envejezco a esta luz sin tiempo en las palabras,

pues la marcha paralela de sus voces

es como vivir a la deriva entre mi persona y otras.


La luz inexpugnable que habita mis deseos

arde neciamente como un significado entre las cosas.




Y NADIE A COMPRENDIDO


Los árboles mueren en pie

sobre su sombra,


y es un silente olvido

la palabra que no dicen


por respeto a los muertos

que a sus raíces lloran.



APRENDIZAJES


Las atenuantes cosas de la vida

de las que quieren convencernos

carecen de lugar en el vacío…


Extirpar todo lo que sobra al abismo

para dejar pasar el caos absoluto

al interior mortal de las palabras.


Angustiar la lengua con reparos

e inmaduros dolores de la psique.


Da igual saber antes que todo,

que lo final se desperdicia siempre.



HERIAN HAIKU


«Me rodean las aguas hasta el alma»

Jonás 2:5


I


Acaricia el sonido

un cuervo sin alas,

su cuerpo: la Nada.



II


Sombra del bostezo

de un Dios enfermo:

muere la luna.



III


La mano de Dios

olvida mi cuerpo:

libre orfandad.



Entrevista



Hoy tenemos el privilegio de entrevistar a Arturo Hernández González, quien nos habla sobre sus inicios en la poesía.


     Poesía es sólo el nombre que le hemos dado a la experiencia de lo irreductible. El lenguaje humano nos permite aparentar un conocimiento de la belleza, lo fugaz, lo absoluto. Yo siempre me he sentido muy atraído por las configuraciones prácticas de la lengua, especialmente en lo que respecta a la filología, la estética y la semántica. Cuando tenía tal vez unos diez años, iba a la biblioteca pública a leer sobre jeroglíficos, lenguas muertas y el uso del lenguaje en la comunicación humana. Eso viene de mi abuelo. Su legado para mí fue el amor a las palabras. Comencé a escribir y a publicar siendo muy joven. Tenía catorce o quince años cuando se comenzaron a incluir textos míos en recopilaciones de crónica, cuento y poesía. Hoy estoy seguro de que la poesía es un ejercicio de traducción. El poeta traduce lo invisible: la intuición de lo absoluto y de la verdad que arde entre las cosas.



En su reflexión sobre la poesía y el lenguaje, el autor también reconoce la importancia de las afinidades intelectuales. Así, ante la pregunta de quiénes son los autores con los que su espíritu se siente más cercano, ofrece una respuesta que ilumina su propio proceso creativo.


     Menciono a menudo, cuando me preguntan en escenarios académicos o entrevistas, los autores literarios que me parecen más urgentes. Estaba esperando desde hace una década que le otorgaran el Premio Nobel a László Krasznahorkai, así que estoy muy feliz por eso. Creo que Pascal Quignard, Madeline Thien y Taiye Selasie también merecen ese galardón. En este momento, Ida Vitale me parece la poeta más grande de la lengua española. Y si me preguntas por los autores que más visito, respondería con el nombre de mis obsesiones: Juan Carlos Onetti, José Asunción Silva, Jean Améry, Halldór Laxness, César Vallejo y Kjell Askildsen.



En el desarrollo de su pensamiento poético, resulta pertinente plantear la clásica disyuntiva sobre el origen del creador. Así surge la pregunta: ¿el poeta nace o se hace?


     Creo que todos los poetas hemos tenido alguna vez la sensación de estar traduciendo con nuestras pobres palabras algo susurrado por la voz del universo. A ésta suerte de experiencia metafísica se llega únicamente a través de un arduo trabajo con el lenguaje. Mi preocupación esencial es la comunicación. Creo que el poeta es un individuo que nace con una inclinación natural por la música, la cadencia y el silencio de su propio idioma. Se hace en la medida en la que comprende la manera mejor para comunicar eso que lo supera y lo asombra.



A partir de su visión sobre el proceso de creación, resulta pertinente plantear una pregunta clave para comprender su estética: ¿cómo define la poesía?

    

     Uno de mis poemas dice: «si por cada hombre se ha escrito un verso, por cada verso yo busco escribir un hombre». La poesía es ante todo honestidad. La dignidad del texto poético comienza en la sílaba y en su juego profundo con el silencio y el vacío. Perpetrar una existencia de palabras que pueda comunicarse con el lector, de forma independiente al poeta, podría ser una buena definición de la escritura en sí. Esa honestidad es la huella palpable de lo humano en el infinito de la poesía, a eso es a lo que llamamos poema.


Tras esta reflexión sobre la esencia del poema, la conversación se abre hacia un terreno más humano y esperanzador: los consejos que ofrecería a aquellas voces que apenas empiezan a elevar su canto.


     1. La escritura es quizá el último y más íntimo acto político revolucionario. 2. Ser auténtico es inevitable cuando la preocupación del autor deja de ser la originalidad y comienzan a ser más bien la exactitud y la lucidez. 3. Escribir siempre para uno mismo, para el infalible y acaso feroz animal de la conciencia. 4. Resguardar a toda costa el texto inacabado. 5. No ignorar que somos humanos, cometemos errores, olvidamos, aprendemos, recordamos; hay que saber hacer las paces con uno mismo, entender las potencias propias y utilizarlas para abordar los temas y hacer frente a los días. 6. Saber que escribir es trascender, corregir es humanizar. 7. El amor es el lenguaje con el que nacemos al mundo, hay que procurarse un diccionario personal para significar bien los alcances de nuestra existencia y nuestra relación con el mundo y con los demás. 8. Leer de todo. 9. Apoyar editoriales independientes. 10. Escribir experimentando: todo está por hacer.



Sus palabras dejan la sensación de que la poesía no es un destino, sino una práctica constante de descubrimiento y honestidad. La conversación termina, pero queda la certeza de que, en su voz, escribir sigue siendo un modo de respirar, de resistir y de traducir lo invisible.



Fotógrafo: Emiliano Figueroa Romero
Fotógrafo: Emiliano Figueroa Romero

Semblanza


Arturo Hernández González. Poeta, traductor y docente colombiano, especialista en pedagogía. Su obra ha sido premiada e incorporada en publicaciones de importantes medios culturales y literarios, así como traducida al italiano, rumano, búlgaro, francés, inglés, griego, albanés y coreano. Es autor de obras como Olor a Muerte (2011; 2012), Breviario de lo incierto (2017; 2024), Presagios del insomnio (2025) y Terca materia inexacta (2025). Ha recibido el I Premio Literario Internacional Letras de Iberoamérica – Poesía (México, 2017), el IV Premio Nacional Plenilunio de Poesía Leopoldo de Quevedo y Monroy (Colombia, 2023), el IV Concurso poético Cezarina Dos Santos Álvarez (Uruguay, 2023) y fue finalista del XII Premio Nacional de Cuento (Fundación La Cueva, 2025). Dirige desde hace más de una década la Revista internacional de cultura y artes Noche Laberinto y la Editorial Toská.

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page