Bucle

El trago retumba insípido, la luna ya no es de miel, y marchan descabelladas mis ideas al vacío, con la frecuencia cardíaca al ritmo de sus piernas trotando algunas manzanas donde no existen gusanos... El tablero indica jaque al rey, el vagabundo ríe, yo callo, muevo el peón a G3, no tengo muchas defensas, murmuro entre tirones de pelo, quizás por regalar la dama, me dice el vagabundo, que vuelve a sonreír, llevo tiempo jugando sin dama, le dije, sonreí, joder, sí que lo hice, quizás por una simple estrategia, o porque el ajedrez es, sin dudas, un jodido espejo de la vida. No la necesito, exclamé, moví la torre a E8, jaque mate. Me marcho del bar, ignoro la estampida de cigarrillos, piso charcos donde me reflejo, salto entre dudas gigantes y cantando a gritos en la mente las canciones más dolorosas de Arjona y Sabina, siguiendo la dirección de mis pasos, no sé si erróneos, hacia lo que, por necio, recuerdo como nuestra casa... Yace en ella un viejo suspiro que me recibe en la entrada cada vez que salgo de copas con el recuerdo de aquel beso, señal divina de los dioses, 11no mandamiento de los cuerdos y el número uno de los locos, aquel beso por el que, sin dudas, cualquier niño desearía ser adulto y por el cual existen sueños en medio de infinitos desvelos... Hoy solo es un recuerdo, uno tan triste y hermoso como las cortinas de nuestra casa, ahora inmóviles, secuestradas por el abundante polvo de un abandono que devora mis órganos sentimentales, y que se escurre a los vacíos de este circo sin redes al que le llaman vida... La noche amenaza con llover, uso de búnker tu lado de la cama hasta quedar dormitando drogado con un coqueto silencio, ya no sé que hago aquí la soledad está acabando con lo poco que recuerdo de nosotros y yo descanso borracho sobre una cama, desafortunadamente tendida de principio a fin. Tocan la puerta, comienza la carrera, recuerdo mi etapa de deportista al brincar, mareado, el sofá, caigo sobre la cerradura como un rayo sobre una palma, suplico hacia mis adentros poder encontrarme contigo, no fue así... Miro a los ojos del vagabundo, me invita a una copa, quiere la puta revancha, agarro mi celular y salgo a lo que se ha convertido en el peor bucle de la historia... Mr. Yovo