Entre los viejos,
las novelas de soltar todo y largarse son bien recibidas,
pero claro,
solo entre los viejos que nunca soltaron nada,
entre los que acariciaron la costumbre y nunca dejaron el puerto.
Los otros viejos, no las necesitan;
ya que en su andar construyeron su libertad nómada
mientras esperaban su sedentarismo carcelario,
y que cuando escucharon que se puede envejecer de otra manera,
ofuscados corrieron a evocar su propia historia,
dejando solos a los pobres viejos desarraigados,
a los que la vida golpeó dejándolos con nada,
y que ahora sus fuerzas solo dan para escribir historias,
de soltar todo y largarse.

Un poema sobre dejar ir. Gracias