top of page

Espiral hacia la libertad

Actualizado: 13 feb 2024

Primer encuentro. Camila.


El pasado regresó como un fractal a mi vida. Ese día, la blancura de la nieve, el cielo y las nubes, se mezclaba para mostrar que mi rutina era eso, una suerte de tonalidades que tiende a una armonía perpetua pero también al hastío. Cumplía puntualmente con lo siguiente: Leer un artículo. Trabajar lo normal, ocho horas seguidas. Por la tarde disfrutaba leyendo. Al finalizar el día escribí lo siguiente:


“Vi dos aves oscuras volando juntas a través de la ventana, me distrajeron pues asumí en ellas una felicidad innata. Me recordaron que la libertad, no se puede calcular con una hoja de Excel. La noche no es más que humo sombrío en un abismo de sintonías que escapan. ¿Habrá girasoles que no sigan al Sol? ¿Se considerarán enfermos o libres? A veces los sueños me generan respuestas, y ese sueño que tuve anoche, me dictó lo siguiente:


  • El tercer encuentro, que será irracional, dejará atadas a tu alma mariposas."


Esa frase la tuve dando vueltas en mi mente varias horas, no sabía qué querían decir esas palabras, trataba de descifrarlo.


A la mañana siguiente, me encontraba en el trabajo. Mientras tecleaba comandos en el ordenador, pensaba frases.


Ctlr+c lo bello,

Ctlr+v en la memoria,

Ctlr+z el consumismo.

Clic y enter

Vista: antes árboles. Hoy, asfalto.

Clic y enter

Presos: en cuerpo, en casa, en oficina.

Clic y enter

Una compra: en estos tiempos banales.

Clic y enter

Una chamarra: químicos, veneno.

Clic y enter

Campañas: contra el cambio climático.

¿Cuándo a favor de un cambio interno?

Clic y enter: Error.


Eso último me detuvo pues mi computadora marcó un error inesperado. La última frase me hacía reflexionar sobre cómo salir de la rutina que para mí era como una cárcel a momentos, y claro pensar de esa forma te hace parecer un error en el sistema, pero bueno, yo siempre me he preguntado qué es la libertad. Comencé a escribir a mano:


“La libertad es como la materia oscura que existe en el universo, nadie la puede ver, pero es una fuerza que de alguna manera mantiene y da sentido al mismo…”  No no no no, demasiado científico.


“La libertad es vaciarse tanto en el plano físico como en el plano espiritual” Ay no, esa definición suena a mindfulness, no estoy para eso.


“Lo ígneo es el comienzo. Pupilas me persiguen, e intuyo bien el final, lo fatal. Me voy en un ave luminosa, para así evitar el colapso. Soy otra desde que tu ser generó nuevamente un caos en mi espiral renovada. Te percibí áureo y todo fue tan ordenado, tan simple, que aramos tierra fértil y descubrimos nuestro mar. La libertad es lumbre fresca, buscala y arde.”


¿Qué? ¿Por qué? ¿Me estaré hablando a mi misma? Me encontraba muy  desconcertada, en realidad debería estar escribiendo un artículo para la escuela en la cual trabajaba. Terminé mi jornada y me fui a casa. En el camino fue cuando llegó ese mensaje de texto que cambiaría por completo mi mundo:


  • "Feliz día del libro. Alejandro."

No sabía lo que me había sorprendido más, si el saber de un amigo del que no tenía noticia desde hace ya más de diez años o la fecha en la que me había enviado el mensaje o la fecha en sí.


¿Alejandro? Si, era aquel joven con quien compartí años universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras, tardes literarias y un sin fin de discusiones.


¡Alejandro! Qué bueno saber de él, claro, si días atrás le había mandado un mensaje para avisarle sobre la presentación de mi primer libro de poesía. Por supuesto le respondí pero con un mensaje muy insípido, un "hola que tal", como si su mensaje no me hubiese movido para nada, la realidad es  que tuve una leve sensación tibia en mi interior, aunque la controlé, pues en la universidad, nuestra historia había acabado de manera triste para mí.


Seguimos intercambiando mensajes, Alejandro me contaba que había terminado su doctorado en Filosofía y que se dedicaba a dar clases en una universidad privada de México y a dar conferencias. Yo por mi cuenta le platiqué que era escritora en mi tiempo libre y que trabajaba dando clases de español en una secundaria en Suecia.


Comenzamos a hablar de poesía y ambos coincidimos en autores como: Alí Chumacero. Nos agregamos a Instagram. Alejandro  sugirió que nos viéramos en una reunión virtual, acepté.


Nos reunimos un domingo por la tarde. Al verlo, le hablé del poema sobre nuestros encuentros en la Facultad de Filosofía y Letras, pero Alejandro dijo no querer ver el poema hasta que estuviera publicado, lo entendí y no se habló más del tema, en cambio, le pedí que me hablara sobre la libertad, y Alejandro comenzó:


La libertad está definida por la RAE como: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.”


Pero ¿existe realmente la libertad? Pensemos en universo cuántico con infinitas posibilidades, en las que en cada decisión se abre a un universo posible, en realidad en la cuántica el futuro está sujeto a probabilidades. Basado en lo anterior, ¿Crees que la libertad está sujeta a la probabilidad, en una suerte de que las acciones de un individuo dependen de estadísticas previas? Bueno, te tengo que dejar.


Le agradecí por su tiempo, me quedé pensando que para Alejandro la libertad no es más que unos dados al aire, que interesante.


Los días siguieron, y continuamos compartiendo escritos, charlábamos en nuestros ratos libres, la amistad volvió a florecer. Hicimos un poema juntos: 


"Ojos de lago en calma

respiro en el fondo de ellos.

Tu sombra infinita contiene

tanta pero tanta luz.

La sentí, no hay regreso

ahora en mi veo

al ave nocturna

que un día se soñó.

Eres noche

y viento,

sopla

y ve mis alas 

volverse lumbre eterna

y nosotros

el silencio.


Te vi en otra realidad

dónde me decías 

que tu más grande miedo 

era que yo te abandonará

de nuevo.

Me vestí de amarillo,

según tú música es el color del amor

aunque siendo honesto conmigo

debí de vestirme de planeta acuoso.

Y ahora pienso

que ese encuentro que quiero

contigo y tus cabellos de luna

debe detenerse

y dejar libre el paso

 a una nueva película,

donde el final sea

partículas de nuestras memorias alternas

palpitantes milagros

y la suerte de coincidir nosotros

en esta espiral renovada."


Claro que ese poema despertó en mí todas las memorias bloqueadas, y recordé aquellos años en que fuimos más que buenos amigos y cómo le dije: 


  • Sé libre conmigo.

Pero Alejandro estaba saliendo con Mónica, quien lo trataba de manera muy despectiva, y a mí me tocaba escuchar las historias de cómo Alejandro estaba dentro de un pozo de aguas oscuras en esa relación. Alejandro no pudo salir y optó por dejarme, esa fue la historia entre nosotros, hasta ahora.


Sin más preámbulo, Alejandro planeó viajar a Suecia para visitarme. El día que llegó hacía un sol maravilloso, creo que julio es uno de los mejores meses para visitar estas tierras. Y ahí me encontraba yo, esperándolo en un aeropuerto, de la misma forma como cada tarde lo esperaba en las islas de Ciudad Universitaria en México.


Segundo encuentro. Alejandro.


Una mañana más, que me pesa como el ocio carcelario de la libertad a medias, me siento confinado en una nave interestelar sintiendo el peso de la gravedad en el esqueleto y de la gravedad de mis actos en los hombros.


Ese día caminaba, era una tarde lluviosa y a mi alrededor abundaba la vegetación, eso me hizo recordar aquellas tardes de Ciudad Universitaria, donde bebía café con ella, si, Camila.


Ella era vegana, y por suerte la Facultad de Filosofía y Letras contaba con un comedor para quienes tenían este modo de vida; yo lo odiaba, en cambio Camila iba ahí por gusto.


Yo, a todas horas escribía y ese día en la cafetería no fue la excepción. Alguien se me acercó:


-¿Me puedo sentar? ¿Qué escribes?

Era Camila.

- Si... claro- Contesté torpemente. - Estoy escribiendo... vamos, no tiene importancia. Dije.

-De acuerdo, algún día me mostrarás. Yo también escribo y mucho, estudio Literatura Hispánica ¿y tú?

-Filosofía

-Ya veo, y supongo que eres vegano.

-Pues algo así...


La verdad que se me acercara así, sin más ni más, me puso muy nervioso, pero no sé porque llegué a pensar que se sentía atraída por mí; ya después me di cuenta que así era Camila, y aquello de escribir era porque le escribía a muchos novios que tenía, todos ellos, locos de amor por sus cartas, pero Camila de forma inteligente, los buscaba en otros estados de la república para nunca tener que verlos, andaba metida en temas de espiritualidad de la new age, donde le decían que practicara la castidad y ella lo hacía, pero decía que su mente no estaba sujeta a esos preceptos, por eso tenía muchos novios, de cartas.


Tiempo después me dijo que se me acercó porqué me había visto en una clase de metafísica que ella tomó por su cuenta y en la que coincidimos. Lo que le llamó la atención de mí era que me estaba durmiendo en la clase, siendo que todo mundo le hacía la barba al profesor por ser extranjero. Al profesor le molestó mi actitud e hizo una pregunta para probar quién estaba atento y exponerme de que yo me estaba durmiendo. La sorpresa para todos es que yo contesté de forma acertada; a ella le pareció única mi forma de ser. Le gustaba pensar que las personas también tienen inteligencia subconsciente. Camila amaba los poemas oníricos que no dicen nada, que son como un sueño, incongruentes. Ella hacía ese tipo de poesía.


Poco después, empecé a ir con más frecuencia al comedor de la Facultad de Filosofía y Doña Lupe, de los tacos de canasta, estoy seguro de que comenzó a extrañarme. Pero yo quería ver a Camila, era tan sencillo estar con ella. En esos días yo tenía una novia de años y con la que no coincidía en nada más que el lugar del cual éramos, un pueblo cercano a los volcanes. Mónica. Llevábamos años, pero yo le había pasado muchas cosas, por ejemplo, se enojó conmigo cuando me dieron mi carta de aceptación a la UNAM. Me dejó por otro y luego me buscó, desde ahí nada volvió a ser igual, pero seguía con ella, pensando falsamente que ella era mi destino, hasta que conocí a Camila.


Con esto quiero decir que conociendo más profundamente a Camila, me di cuenta que ella amaba su libertad, se la pasaba diciendo que no quería estar atada a nadie, pero que se sentía muy bien en mi compañía. Yo le contaba todo lo que me hacía Mónica y ella siempre me dijo:


  • Deberías dejarla y ser libre conmigo.


Yo no entendía a qué se refería, lo cierto es que Camila empezó a ser muy importante para mí, al grado de que le dedicaba canciones. Mi tiempo libre siempre estaba con ella en las islas de Ciudad Universitaria. Si una clase nos aburría, íbamos a la biblioteca a estudiar el tema, la realidad es que leíamos lo que nos daba la gana. Y así vivíamos el semestre, entre nuestras fiestas literarias y debates. Ya en los finales era cuando dedicamos toda nuestra concentración a preparar los exámenes y nos funcionaba bastante bien, siempre obtuvimos buenas notas. Con ese estilo de vida logramos ser un poco libres, nos auto denominamos "univa" por universitarios vagos, esa contradicción nos daba mucha risa.


Con Camila siendo más que mi mejor amiga (porque teníamos una conexión espiritual muy fuerte) empecé a experimentar su estilo de vida en libertad y ya no hubo marcha atrás, me enamoré de ella. Pero yo no podía dejar a Mónica, para mí en ese entonces la vida era en blanco o negro, y así como amaba la libertad de Camila, sufría cuando me contaba de las cartas que les enviaba a sus novios; en cambio ella nunca me reprochó que yo estuviera con Mónica. Siempre me escuchaba, me gustaba como en nuestras conversaciones, acariciaba mi cabello, me aceptaba tal y como era, pero yo a ella no, yo la quería solo para mí, sin sus novios, Camila por supuesto no lo aceptó.


Terminamos la carrera y Camila se fue a Suecia a hacer una maestría, yo en cambio decidí irme a Francia, fue lo último que supe de ella, hasta ese día en que Camila me había contactado porque iba a salir su primer libro y en el mensaje me había dicho que escribió un poema sobre nosotros. Le contesté días después, en una fecha especial para ambos.


Tercer encuentro. Camila y Alejandro.


El avión aterrizó a las 11:11 pm, a esa hora todavía se puede ver Sol en los países cercanos al círculo polar ártico. Camila había llegado una hora antes, siempre fue una mujer precavida y puntual y la ocasión no ameritaba menos. 


El momento llegó, se vieron.


-Bienvenido! ¿Te ayudo con algo? Qué tal el vuelo?

-Gracias, sí, todo maravilloso, estoy muerto.

-Me imagino, vamos a casa a descansar.


En el camino ambos estaban un poco callados, pero Alejandro comenzó la plática:


-¿Y qué tal la vida en Suecia?

-Pues que te puedo decir, la verdad me ha costado adaptarme un poco, se complica además extraño México, pero bueno, fuera de eso se vive súper bien. ¿Y tú qué tal con la vida de México? ¿Qué fue de ti después de Francia?

-Pues al finalizar la maestría terminé mi relación con Mónica, la verdad nunca fue bien y la distancia no nos ayudó para nada, conocí a Coraline, salí con ella casi todo mi año sabático, pero después decidí regresar a México y continuar ahí el doctorado, Coraline decidió quedarse en Francia y ese fue el final de lo nuestro. Después de ello decidí centrarme en el doctorado, terminé y ahora como sabes, trabajo dando clases y conferencias en congresos. Me gusta mi vida, por primera vez me siento pleno. 


Alejandro no pudo contener la pregunta:


-¿Y tú, qué tal en el amor?

-La verdad que no tengo un novio fijo, tengo varios más que amigos y a cada uno lo quiero de forma diferente.

-¿Sigues con lo de las cartas?

-Digamos que ahora ya no les escribo solo cartas…

-Vaya…


Alejandro se sintió decepcionado, pensaba que está vez encontraría una Camila que solo quería estar con él, en cambio el saber que ella tenía varios amantes lo hacía pensar que no había cambiado nada, pero está vez él tenía que aceptarla tal y como era ella, pues se dio cuenta que la amaba. Pero era tan difícil para él, aceptar los matices. Cambiaron el tema de conversación.


A la mañana siguiente se fueron a esquiar, a Alejandro le gustaba subir las cuestas, pero no bajar, decía que era peligroso, y lo era. Camila solo le decía, déjate llevar. Así lo hizo.


Por la tarde comenzaron sus tertulias de poesía. La chimenea, el vino y las bellas montañas de Suecia fueron el escenario perfecto, se buscaron, se perdieron, hicieron de ellos poesía.


Esa noche mientras Alejandro dormía, Camila escribió en su diario:


“Llega, y mis raíces se aferran

a su espalda

de humo de pino,

de ámbar y lumbre.

Soy tormenta de vidrio líquido

que se desliza y produce

que se desliza y crea

la sincronía;

por un instante muero

en el más palpitante

escalotibio.


Estoy sintiendo una fuerza que me sobrepasa, que me hace querer estar con Alejandro, ¿Pero esto me atará de alguna forma? ¿Y mi libertad?”


A todo esto, le daba vueltas Camila, y no lograba hallar la solución. Durmió, también.


A la mañana siguiente Alejandro estaba de muy buen humor, pero Camila estaba un poco cortante, él no entendía qué pasaba. Le preguntó:


-¿Qué tienes?

-Sabes… lo he estado pensando y tú siempre quisiste que yo fuera para ti exclusiva, pero, yo no puedo ser así, me da miedo que no me aceptes como soy y con ello de nuevo perderte.

-Camila, tú puedes hacer lo que quieras, ahora sé que el amor es aceptar al otro tal y como es, ¿Qué te hace feliz de tener tantos amantes?

-Pues verás, lo he pensado, tal vez solo estoy tratando de llenar un vacío, o huyendo de algo. Lo que sé es que siempre me ha gustado tu compañía.

-Entonces hoy, seré libre contigo y en mi libertad, te elijo y eso haré cada día, aunque exista la probabilidad de que un día tú, no me elijas, yo estaré contigo.

-Pues siendo así yo usaré mis alas para avivar cada día la lumbre de futuro.


Camila le dio una carta a Alejandro que tenía el siguiente poema:


"Pensamientos de ti,

abejas sumergidas en un mar de polen.


Estando contigo

veo aves de Neptuno,

soy lucifer, 

total luminiscencia.


Llegas, tu no me dejas,

y siento que el misterio de la vida

son tus ojos

que formaron una supernova

en la que percibo

el aroma del silencio.


Me lanzaré a ella.

Seré absorbida, te encontraré de nuevo

y ahí en ese caos y baja probabilidad 

de existencia

te elegiré cada día

para mostrarte que nosotros 

juntos seremos siempre

copal y varas ardiendo."


Fin


Araceli Gutiérrez Olivares






2 Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Unknown member
Jan 16, 2024

Increíble!🤩

Like
Unknown member
Jan 16, 2024
Replying to

Amigo gracias!

Like
bottom of page