Lenguajes que arden en la piedra del recuerdo, poesía de Diana Forte
- Palabra que dormía

- 18 sept
- 3 Min. de lectura
Ahondar en la poesía de Diana Forte es adentrarse en una voz que muerde como un lobo ansioso y salvaje, pero que al mismo tiempo cura con la delicadeza de su aliento. Su palabra es filo y refugio: un testimonio de amor y angustia que se entreteje en el silencio compartido, donde el lenguaje no solo nombra lo que duele, sino que lo transforma en materia viva, en cicatriz luminosa. Su poética no busca consolar, sino revelar la crudeza de la experiencia emocional desde un lugar íntimo y humano.
Forte despliega una escritura que se mueve entre lo onírico, lo ancestral y lo corporal, hilando imágenes que convocan el mito, la pérdida y la memoria con una potencia casi ceremoniosa. La voz poética se sumerge en un paisaje prehistórico, en cuevas encendidas por el fuego del deseo y la melancolía, donde los amantes se convierten en vestigios sagrados de un pasado que arde aún en los huesos. Así, su poesía convoca una dimensión mítica del amor, en la que la carne, la tierra y la palabra se confunden en una búsqueda incesante por recordar y redimir lo perdido.
Poesía
Ahora te sueño
Ahora te sueño
y mi boca se cierra como la grieta de una cueva
en el Neolítico.
Sigue habiendo colores en las formas
en que nos movemos desnudos
frente al fuego
Sigue
el ruido de un collar imaginario
y abre las puertas
de la galaxia posible de estos muertos,
que somos nosotros
abrazando huesos de Smilodon
ungiendo la última caricia de su huella
para abrir la piel fragmentada de nuestro amor
punible.
Arde una melodía carnifice que
da a luz un eco en la caverna
el primer poema del mundo.
Me emhoezco ahora,
como una atávica pintura
de la blanca madre
que ha parido cada una
de las profecías
de la Tierra.
Que olvidó también y con
la lluvia
haber tallado un árbol
en forma de un deseo
con la furia
de sus brazos
con el barro de su sangre
con la cólera lodosa de no
haber amado suficiente.
Ahora sueño contigo
y sufro anemia.
Una madre en pausa
Para parecer palpable, distorsioné el mundo y sus dimensiones.
Irlanda, un hueso roto en la memoria.
Algo duro creció dentro de mí también en
paralelo.
La isla del espino y los hallazgos
decidí
quien no sería.
Y esa raíz dura de las cumbres
se rió en mi cuello desnudo de crines de caballo
que como una extraña sembré
para marcharme
para parecer palpable.
Para parecer palpable
distorsioné la memoria y
su textura. Galopé sin codificar mi espíritu
sin gritarle a nadie que caminar aquí
sí era la vida.
Irlanda, un hueso roto antes de la caída
una madre en pausa.
Densidad del silencio
Mi herida es profunda y rabiosa.
La herida de la incomprensión, de la matanza, de la verdad de lo que era
sentarnos a pensar juntos
con una mano entre los muslos dislocados,
con un cosquilleo azul en las mejillas
—con amor—.
Mi herida es el sonido de un lenguaje
Density of Silence
My wound is deep and furious.
The wound of incomprehension, of slaughter, of the truth of what it was to sit and think together
with a hand between disjointed thighs,
with a blue tingling on the cheeks
—with love—.
My wound is the sound of a language
carved upon the density of silence.
Tettleiken i stilla
Såret mitt er djupt og rasande.
Såret av uforstand, av slakt, av sanninga om kva det var
å sitja og tenkja saman
med ei hand mellom lausrivne lår,
med ein blå sitring på kinna
—med kjærleik—.
Såret mitt er lyden av eit språk
rista inn i tettleiken av stilla

Semblanza
Diana Forte (1990), nacida en Murcia, tierra de vinos y limones, es licenciada en Filología hispánica y correctora profesional. Escritora ferviente desde que tenía diez años. La poesía es el leitmotiv de su vida.





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