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Poesía de Jorge Dot, el amor sencillo en todas sus aristas

La poesía de Jorge Dot se inscribe en una tradición lírica de fuerte raigambre clásica, donde las formas tradicionales no son solo un recurso estilístico, sino una manera de contener y elevar una voz profundamente emotiva, íntima y reflexiva. Su obra se caracteriza por una dicción cuidada, un respeto riguroso por la métrica y la rima, y una sensibilidad que, aun expresada con moldes antiguos, alcanza una expresión altamente contemporánea.


     Sus sonetos buscan la perfección formal: cada cuarteto, cada terceto, así como el esquema «planteamiento, desarrollo y giro final» propio de este tipo de poemas, se manifiestan con soltura, sin que ello reste hondura a su manera de elevar las emociones para hacerlas llegar al lector. Hay ecos de poetas del Siglo de Oro, del Romanticismo e incluso del Simbolismo, pero siempre con una voz única que se manifiesta en el contenido.


     En el trasfondo de su poesía, siempre serena y contenida, late una meditación constante sobre el amor como fuerza que trasciende, la soledad como condición existencial y la belleza como reflejo de lo perdurable. Jorge Dot establece, a través de una dialéctica interior con su yo poético, un espacio donde la emoción se equilibra con la forma y donde los vínculos —especialmente los del amor filial y la paternidad— se elevan desde lo cotidiano hacia lo universal. Así, su voz, anclada en lo clásico, no deja de hablarle al presente con claridad y profundidad.


Poesía


Hijos


Hubiese querido teneros

Desde mi carne

Como una madre

Para que en cada abrazo

Me abrazase también a mí mismo

En cada alegría 

Os besase por dentro

En cada llanto

Me deshiciese en amor nuestro

Lleno de dulzura 

Y en cada emoción 

Fuese mi alma una noche de estrellas

Pero aun siendo padre

He tratado de tener 

En mis ojos

La luz de vuestro nacimiento

En mi vientre

El hueco que hubieseis dejado

En mis manos 

El trabajo de la eternidad

Y en mi corazón

El vuestro


De La experiencia de ser (Inédito)



Elegida


Quiero saber de ti cuando te espero

Cuando me siento vivo en la celada

Al tiempo que la bruma te dibuja

Como si fueses aire de la nada


Quiero saber de ti como si abrieses

La estela que dejó la noche helada

Tras el rezo continuo del silencio

La señal del amor en tu mirada


Y así me quedo quieto en el deseo

En paz con la alegría por ti hallada

Tu firme y alto rostro y tu melena


En el campo de sueños enredada

Y mi vida urdida por el vano uso

De sentirse elegida y olvidada


De La experiencia de ser (Inédito)



El ciprés



Hay un ciprés en medio de la nada

Bello como Verdad y solitario

Hay un ciprés que es un campanario

Perdido entre la noche desdeñada


Florece en el ciprés tu voz alada

Amada por el gozo y su calvario

El paso del placer a tu breviario

Epítome de amor la flor cortada


Canta en ti la verdad por ti respira

Con cantos de dolor y amor sereno

Deseos del placer donde suspira


La certeza de en ti sentirse pleno

Pues esa soledad es la que aspira

Al olvido al sueño y al veneno


De La experiencia de ser (Inédito)



THE CYPRESS


There is a cypress in the midst of nothingness,

Beautiful as Truth, and solitary.

There is a cypress that is a belfry,

Lost within the scorned night’s emptiness.


In the cypress your winged voice does bloom,

Beloved by both joy and by its trial,

The fleeting step of pleasure to your psalm,

Love’s epitome, the severed flower’s doom.


Within you truth sings, through you it breathes again,

With songs of sorrow and calming love,

Desires of pleasure where it sighs in pain.


The certainty of feeling fulfilled inside your body.

For it is solitude that seeks to gain

Oblivion, the dream, and poison’s glove.


From La experiencia de ser (Unpublished)



Sypressen


Der står ein sypress midt i inkje,

vakker som sanning, og einsam.

Der står ein sypress som eit klokketårn,

borte i den forakta nattetomrommet.


I sypressen blømer den vengande røysta di,

elska av både gleda og hennar prøving,

det flyktige steget frå lyst til salme,

kjærleikens bilete, den avskorne blomens lagnad.


I deg syng sanning, gjennom deg andar ho att,

med songar av sorg og roande kjærleik,

hug av lyster der sukkar i smerte.


Vissa om å vera fullenda i kroppen din–

for det er einsemd som søkjer å vinna

gløymsla, draumen og den giftige hansken.


Frå La experiencia de ser (Upublisert)


Semblanza


Foto: Irene Rus
Foto: Irene Rus

Jorge Dot Saldaña nació en Tudela, Navarra, España, en 1963, hijo de Jorge y de Ramona. Es fundador y presidente de la Fundación Alambique para la Poesía y miembro de la tertulia El Alambique, de Madrid, desde hace más de 26 años.


     Desde la Fundación Alambique para la Poesía, Jorge Dot ha desarrollado una intensa labor de promoción de la poesía a través de las revistas El Alambique, La Primera Piedra y Oropeles y Guiñapos, entre otras. Jorge Dot participa activamente en el Ágora de Poesía de Guadalajara y es miembro de la Asociación Navarra de Escritores-Nafar Idazleen Elkartea.


    Jorge Dot ha publicado poemas en las revistas Poesía por Ejemplo, Cuadernos del Matemático, La Primera Piedra, Turia, El Alambique, Traslapuente, La Revista Áurea y algunas más. Ha escrito varios libros de poesía inéditos: Primeros Poemas, La Frontera Sensible, La Belleza de Dios, Actas de un Perro, Los Trabajos del Amor, Extraño, El Desaliento, El Placer y El Olivar, y ha publicado Los Trabajos de la Muerte (2021, Olifante Ediciones de Poesía) y Los Prodigios del Amor (2024, Olifante Ediciones de Poesía).

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