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Montserrat Ontiveros y Araceli Gutoliv, teatro y poesía enmarcados por fiordos noruegos

  • 3 may
  • 6 Min. de lectura

Entrevista a Montserrat Ontiveros


Con una trayectoria impresionante: cine, televisión, danza, yoga y teatro. Hoy tenemos el privilegio de entrevistar a una actriz cuya trayectoria es un legado cultural que dejara huella en las actuales y futuras generaciones. Montserrat, bienvenida ¿Podrías contarnos cómo entró el teatro en tu vida?


Definitivamente algo que marcó mi vida a los trece años, fue haber visto Yerma de Federico García Lorca, en el Teatro Hidalgo con Nuria Espert y Lucía, una extraordinaria actriz española. A partir de entonces recuerdo que solía entretenerme durante horas leyendo teatro e interpretando los diferentes personajes. Desde teatro griego, teatro de Siglo de Oro hasta Shakespeare (me encontraba en secundaria). 


Mujer mexicana que adopta las tierras heladas de Noruega como segunda residencia (ahora permanente). ¿Crees que esa decisión de migrar y tus influencias de ambas latitudes han marcado un antes y un después en tu forma de percibir el arte? ¿Cómo ha sido esa influencia?


Sin duda mi formación como actriz, me ha permitido la posibilidad de improvisar, de reinventarme en este país. Desde que llegué aquí tuve el enorme apoyo de las personas encargadas de Cultura en la Kommune de Vinje, (Signe Marie Kittelsaa , jefe de Cultura y Anders Blystad , director de la Kulturskole); aún sin hablar todavía el idioma, pude presentarme en distintos foros, como asilos, bibliotecas, kinder y primarias. Donde pude utilizar pantomima, canto, poesía, etc.; fue ahí donde empecé a utilizar textos de Jon Fosse por primera vez. Ese fue el momento en que comenzó mi búsqueda, para encontrar mi «voz noruega». También hice varias giras con la Folkeakademi.


Además de tu trabajo como actriz y presentadora, también te dedicas a transmitir el teatro a los más pequeños, adaptando obras como El principito de Antoine de Saint-Exupéry o El gato y el diablo de James Joyce. Has creado también talleres para  ellos, ayudándoles a desarrollar sus habilidades más creativas y a expresarse de formas más orgánicas y diferentes. ¿Cómo ha sido esa enseñanza y ese proceso? ¿Qué aprendizaje te queda a ti como guía y educadora?


Como decía anteriormente, descubrí trabajando con los niños; lo útil que es para uno como ser humano, aprender a distinguir tus emociones, para poder comunicar lo que sientes. En el teatro tu instrumento, eres tú mismo. Poder enseñarles esto es invaluable para mi, como también poder enseñarles que el teatro es un trabajo colectivo. He aprendido tanto de los niños, me han enseñado tanto. Me siento muy agradecida de haber tenido esta oportunidad única para guiarlos como su maestra de teatro, en este descubrimiento de poder comunicar sus emociones a través de un personaje o una historia determinada. El lenguaje del teatro, nos enseñó a comunicarnos.

En 2021, lanza e interpreta por primera vez en Noruega (y en español en México en 2022), una pieza de cámara llamada La Sombra/Skuggen; monólogo basado en dos textos de libros distintos del Premio Nobel noruego Jon Fosse y de Henrik Ibsen. La Sombra/Skuggen, reinterpreta ambos textos y desea poner en escena la figura de la esposa de Henrik Ibsen y a su vez, explora el derecho a ser uno mismo, a la privacidad, a vivir en paz, a vivir en secreto. ¿Cómo surgió esta idea de crear un monólogo a través de la mezcla de dos obras distintas? ¿Y cómo fue tu propia experiencia sobre el escenario?

La Sombra/Skuggen, ha significado para mí como persona y como actriz, un parteaguas. Desde lograr la adaptación y traducción de estos dos textos de Jon Fosse, Leve hemmeleg y Suzannah en Skuggen, hasta interpretar a Susana Ibsen en noruego a la manera de Jon Fosse y conmover al público. Para mí es un éxito enorme. Después fui invitada a llevar el monólogo a México para hacerlo en mi propio idioma y conmover también a mi audiencia, es como tocar las nubes con las manos. Creo que uno siempre aprende de todos sus personajes. Trabajar Skuggen/La sombra primero con Hans Jacob Sand y después con María José Caballero ha sido un aprendizaje maravilloso. Creo que ambos directores me ayudaron a tejer una urdimbre muy fina para lograr «ser» este personaje. 


Para concluir con nuestra entrevista nos gustaría preguntarte desde Palabra que dormía, con todo este largo recorrido y tus conocimientos del mundo público. ¿Ha cambiado tu percepción del teatro y de la figura que ocupa la actriz/actor en nuestra sociedad de hoy en día?

Todo lo que he hecho aquí en Noruega, como persona y como actriz, me ha enseñado la enorme labor que tenemos como creadores de ficciones, sin duda nuestro trabajo para hacer llegar a nuestra audiencia nuestras emociones y pensamientos para que suceda algo en ellos mismos es mi labor como actriz. Esto sin duda ha cambiado mi forma de ver el arte, he llegado a la conclusión de que la Cultura es una necesidad y un derecho no un lujo.


Montserrat Ontiveros (1960), nacida mexicana y afincada en Noruega desde 2009. Estudió teatro en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM, y ha participado en diversos talleres de formación y perfeccionamiento actoral, entre otros con Roy Hart Theatre, Odin Theater y el Núcleo de Estudios Teatrales, donde estudió con Julio Castillo, Héctor Mendoza y José Caballero. Fue becaria del FONCA en tres ocasiones. Ha participado en más de 20 obras de teatro. Entre sus papeles principales se encuentran Ellida, en La Dama del Mar de Henrik Ibsen; Beatriz en El Contrapaso, de Middleton y Rowley; Annie en Algo de Verdad, Tom Stoppard; Antonieta en El Destierro, de Juan Tovar; y Camille Claudel en Camille de Hugo Hiriart. Ha actuado en una gran cantidad de programas y series de televisión, tanto en México como en Noruega. Entre 2003 y 2009 fue la conductora en México de El Rival más Débil. Actualmente, tiene en escena el monólogo Skuggen (La Sombra), basado en dos textos de Jon Fosse, que se ha presentado en Oslo, Porsgrunn, Tokke, Bø y Vinje.



Poesía de Araceli Gutoliv


La poesía ambiental de Araceli Gutiérrez Olivares es una manifestación artística que trasciende la mera expresión literaria. En sus versos, Gutiérrez Olivares nos invita a reflexionar sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza. A través de imágenes vívidas y un lenguaje evocador, su obra nos conecta con la esencia del entorno, resaltando la importancia de cuidar nuestro planeta.


Uno de los aspectos más destacados de su poesía es la capacidad de transmitir emociones profundas al abordar temas como la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la explotación de recursos naturales. Gutiérrez Olivares utiliza su pluma como herramienta de denuncia, creando conciencia sobre los desafíos ambientales que enfrentamos hoy en día.


Además, su estilo se caracteriza por una fusión entre lo lírico y lo ecológico. Cada poema es una invitación a escuchar los susurros de la tierra, a sentir el latido de los ecosistemas que nos rodean. La autora logra que el lector no sólo observe, sino que también sienta la urgencia de actuar en defensa del medio ambiente.


Otro punto relevante es su uso del simbolismo. Elementos naturales como ríos, árboles y animales se convierten en protagonistas que cuentan historias de resistencia y esperanza. A través de estas metáforas, Gutiérrez Olivares nos recuerda que somos parte de un todo y que nuestras acciones tienen un impacto directo en el equilibrio del planeta.


En resumen, la poesía ambiental de Araceli Gutiérrez Olivares es un llamado a la acción y una celebración de la naturaleza. Nos invita a ser conscientes de nuestra huella ecológica y a encontrar belleza en la fragilidad del mundo que habitamos. Así que, si aún no has explorado su obra, te animo a sumergirte en sus versos y dejarte inspirar por su mensaje transformador.



Caminan los cetáceos

 

I


Despedazó su cielo el ave de cloro.

 

Ultravioleta,

—sí­— comenzó a habitarla.

 

 Erosionó su suelo.

 

Caminan los cetáceos

en busca de frescura.

 

Yo soy la enferma

invisible, silenciada.


 

II


Temazcal con flores

de dióxido carbono,

 lo sagrado se aleja,

 confluyen torrenciales.

 

Madre Tierra la nombran

mientras agoniza:

fiebre engendra tormentas,

derrite glaciares.

 

Yo soy la enferma

invisible, silenciada.


III

Aves ya no cancionan,

comen, comen, comen:

polímeros coloridos sin alma,

seres inorgánicos.

 

Cadáveres de ellos

 regresan,

ella los devora:

contempla a los sin esencia

morarán en sus entrañas quinientos años.

 

Yo soy la enferma

invisible, silenciada.


 

IV

Grito de esperanza,

         en su piel seres que buscan

                                 raíces,

                                 origen.

Antes que consumo,

                                 pertenencia.

Su lluvia es abrazo,

besa las cosechas;

los pies de aquella milpa

crecen en su vientre.

 

Humedad,

tierra,

rayos de sol,

                                             viento,

danza.

 

Era la enferma

era era era era

invisible, silenciada.


Araceli Gutiérrez Olivares es autora de los libros Singularidad en lo cotidiano, Esencia de un despertar (editorial Aion.mx), Lapislázuli, un sueño (Universo de letras, 2024) y ganadora del concurso internacional de Becas 3k 2023 con el libro Glaciar, me niego a decirte adiós (editorial 3k, 2023), Sjø Mar (Lermontova publishing, 2024) y Espiral (Palabra que dormía, 2025). Su obra ha sido publicada en revistas como Fragmentos, Cabros editores, revista Cisne y revista Autores.




Fotografía: Denisse Caretta
Fotografía: Denisse Caretta



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Grace
03 may
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Estimulante e inspirador

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